«Si no praticara aikido igual ya no podría atarme los zapatos»

«¿En qué otra disciplina puede alternar un viejo como yo con chavales que podrían ser mis nietos?», subraya este bilbaíno de 77 años que acaba de conseguir el tercer DAN
Iñaki Matía ha conseguido con 77 años el tercer DAN de aikido. Mayor en edad, pero de espíritu muy joven, este bilbaíno, ‘de la calle Cantarrana’, es un ejemplo de superación y de trabajo sobre el tatami.
-¿Cuánto tiempo lleva practicando artes marciales?
-Empecé cuando otros lo dejan. Tengo 77 años y llevo 32 años en el tatami. Primero hice judo y luego pasé al aikido de la mano de mi maestro Iñaki Sánchez. Hasta entonces lo único que había hecho era jugar con pelotas de lana en el frontón.
-¿Por qué se acercó a este deporte?
-Porque no hay vencedores ni vencidos. Tenemos métodos de trabajo. Proyectamos y te proyectan, sólo con el ánimo de aprender y mejorar tu técnica individual.
-Recientemente se ha examinado para obtener el tercer DAN.
-Sí, pero ha sido un poco simbólico. Como un ejemplo para la juventud. No me lo merezco porque los años no pasan en balde. Además, me reservo un poco por temor a las lesiones.
-¿Ha tenido muchos líos de faldas en el gimnasio?
-En el tatami no hay líos. Hay chicas, pero hay mucha edad de diferencia.
-Lo decía por la ‘jakama’.
-El faldón sólo se usa cuando tienes grado. Su objeto es que no se vean cómo se mueven los pies. Me la suelo poner, pero normalmente entreno sólo con el kimono.
-¿Qué tal funciona con la espada?
-Apenas practico con el ‘boken’ porque no me gustan las armas. Las tengo, las fabrico y luego se las regalo a los demás.
-¿A qué se dedicaba de joven?
-Soy jubilado de pastelería. Estuve 45 años entre harina y azucar. Es un terreno en el que me muevo bien.
-¿Es un poco vanidoso?
-Soy tan presumido que suelo llevar las gafas en el calcetín. He perdido un 40% de la audición y tendría que llevar audífono, pero sólo me lo pongo en casa.
-De lo que no hay duda es de que le gusta la vida sana.
-Siempre me he cuidado, aunque pertenezco a la Escuela de Urazurrutia y una vez al año nos reunimos más de cien personas. Vamos a misa a San Antón y luego hacemos paradas en todas las ‘iglesias’ que encontramos en el camino para tomar unos vinos antes de comer.
-O sea, ¿que le gusta la juerga?
-Ahora no tanto, pero muchas veces veníamos al gimnasio con tortillas. Nuestras mujeres nos decían que no íbamos a entrenar sino al txoko.
-Es un síntoma de que hay buen ambiente.
-La gente que está en esto es muy correcta y es muy difícil ver choques entre nosotros. Eso que han pasado cientos de personas, de todas las clases sociales y profesiones. Conmigo han entrenado rusos, franceses, nórdicos… Pero siempre hemos tenido un gran ambiente.
Entrenar con aitite
-Es lo que persiguen casi todas las artes marciales.
-El aikido es una forma de vida. En este deporte nadie pierde, aunque lo único que se gana es el trabajo y el perfeccionamiento de cada uno. Vale más la satisfacción personal que cualquier premio en metálico.
-¿No siente complejos entre tanta gente joven?
-Todo lo contrario. ¿En qué otra disciplina puede alternar un viejo como yo con chavales jóvenes que pueden ser mis nietos? Me llaman cariñosamente aitite.
-Eso es que le aprecian.
-Muchas veces cuando nuestro maestro Iñaki Sánchez no puede llegar a tiempo, o no puede atender a todos, yo me encargo de iniciar las clases, sobre todo para aquellos que empiezan a practicar. Les enseño a caer, a moverse…
-¿A quién recomendaría que se apuntara a este deporte?
-A todo el mundo. Aquí hay que venir con el ánimo de aprender y de crecer. Con el tiempo mejoras como persona, respetas a los demás, pierdes el orgullo y olvidas las diferencias que puede haber en la calle.
-¿Ha pensado en su retirada?
-No. Mientras pueda seguir, lo haré. Afortunadamente el cuerpo me responde. Me han operado de dos hernias y me molesta un poco la rodilla, pero eso no me impide venir a entrenar.
-¿Existe vida fuera del aikido?
-(Ríe) Sí. Pero si yo no estuviera en el aikido, quizá ahora no podría ni atarme los zapatos.
J. M. ALONSO/BARAKALDO
Fuente:elcorreodigital.com

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