Santa Fe

Santa Fe está situada el centro-este del país y su capital es la ciudad homónima. Se halla en una zona agricola-ganadera por excelencia. Y es en el sur de la provincia donde se concentran la mayoria de sus industrias. Sus principales centros urbanos son Santa Fe y Rosario. La ciudad de Santa Fe fue fundada por Juan de Garay y es una de las ciudades más importantes de la República Argentina, por su historia y contribución a la construcción nacional. De la capital cabe destacar su posición geoestratégica de nivel internacional al ubicarse en la confluencia de dos importantes ríos argentinos. Uno de ellos, el río Paraná, encuentra su último puerto de ultramar en la capital provincial, el cual actualmente se encuentra en proceso de reactivación.Se destaca también en la provincia la ciudad de Rosario, populoso centro urbano del sur provincial desarrollado en base al aprovechamiento pleno de su puerto.
Su prócer local es Estanislao López, llamado el Patriarca de la Federación. Él fue quien decidió la autonomía definitiva de la provincia, en 1815, junto a Mariano Vera, además del redactor de su primera constitución (también primera de una provincia argentina).
El primer asentamiento europeo data de 1527, en la confluencia de los ríos Paraná y Carcarañá, cuando Sebastián Gaboto de paso hacia el norte, fundó el fuerte de Sancti Spíritu, que fuera destruido dos años más tarde por los indígenas.
Fuente:Wikipedia

Un paseo por Rosario

La Flor del Sapo(leyenda de Santa Fe)
Una gurisita (niñita) no quería a los sapos y cuando los encontraba se dedicaba a martirizados sin piedad, pero lo que más le complacía era arrojarles orina, ya que cuando esto sucedía, los pobres batracios comenzaban a saltar y dar vueltas de manera vertiginosa, lo que provocaba en la niña ataques de risa. Sus carcajadas sonoras ondulaban en el aire y producían una especie de música ritual y macabra.
Vanas eran las reprimendas que le daban sus padres para proteger a los verdes tenores isleños; ella las ignoraba y continuaba con su persecución.
Una noche primaveral en que la luna como farol cósmico alumbraba intensamente, la pequeña oyó cantar a los sapos de manera inusual; un deseo irrefrenable se apoderó de ella y salió con un tarrito de orina a buscarlos.
Guiándose por el sonido gutural que estos producían, se topó de improviso con los feos cantores quienes, mirando a la luna, entonaban su canción inmemorial.La niña alargó el brazo para rociarlos como lo hacía habitualmente pero un potente rayo luminoso la paralizó: asustada intentó regresar al rancho y no pudo moverse, un haz de luz la envolvió por completo y sintió que empequeñecía. Lentamente se fue transformando en una planta que lucía flores muy níveas.
La luna castigó su maldad transformándola en la planta que hoy conocemos como la flor del sapo.
Los isleños aseguran que quien corta estas flores se orina de noche en la cama y que esto es un mensaje si lente para que no se olvide lo sucedido a la gurisita y se respete a estos inocentes batracios, quienes aún hoy son víctimas de numerosas supersticiones que hay sobre ellos.
Fuente:Relevamiento Patrimonial de la prov. de Sta. Fe

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