A mi primer maestro

Con agradecimiento por haberlo conocido viviendo el Camino.

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O-Sensei, una vez me preguntó:
«¿Por qué no se practicaste hoy ?»
«Tuve que cortar el césped, Sensei,» le contesté.
Usted sonrió y dijo:
«Puedes cortar el césped cualquier día,
pero este anciano no siempre va a estar por aquí
para enseñarte «.

Una hermosa tarde Usted me dijo,
«Anda a enviar este paquete, y luego vamos a practicar.»
Me enseño suwari-waza
en su kimono cotidiano.

Lo observé en el tren
cuando viajamos a la sede en Tokio.
Usted compró un almuerzo y un poco de fruta
para una niña que estaba sentada frente a usted.

Más tarde, en su casa en Iwama,
en el dojo tranquilo
después de que todos los estudiantes se habían ido,
usted se sentó en dirección a la Sede
y expresó su decepción
sobre los estudiantes avanzados de allí.

Algunos hombres le llaman divino, un ser superior,
pero no creo que eso sea correcto.
Fue un gran artista marcial,
pero al mismo tiempo,
un anciano ordinario, amable
cuando no estaba en el dojo.

Es por eso trato de seguir,
sólo porque es el camino del Aiki,
al no que un dios, sino un hombre
abrió la puerta.

Pronto, su día conmemorativo vendrá
y escribo este poema en agradecimiento .

Gaku Homma en “Aikido for life”
Traducción Carina

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