La eficacia del Aikido… [o cómo repeler una agresión con amor]

La noticia que publico en este post seguramente no aparecerá en ningún diario. Me fué referida por un alumno de la Escuela, a quien estoy asesorando para el desarrollo de su Tesis de Licenciatura sobre las relaciones del Aikido como herramienta para la resolución de conflictos en la comunicación en la empresa.(Pero ya escribiré más acerca de eso…).

La noticia que me refiere el alumno y practicante de Aikido es que, hace unos pocos días, uno de los maestros que enseñan el arte de Ueshiba en Córdoba sufrió un intento de asalto. Dos sujetos en una moto se le acercaron por detrás, y uno de ellos, al bajar de la moto lo tomó por sorpresa y colocó un cuchillo en su cuello con intenciones de robarle. Situación peligrosa en extremo, si pueden hacerse a la idea.

¿El resultado del ataque?. Muñeca y codo fracturados del atacante con cuchillo. El cómplice huyó en la moto, dejando a su compañero herido… Ni el aikidoka ni su mujer (también practicante) sufrieron daños físicos.

Estos son los detalles tal como me fueron relatados (no tuve acceso directo a la fuente todavía), pero sirve para hacerme reflexionar un par de cosas.

– Es una situación extrema donde se puede valorar la eficacia del Aikido, muchas veces defenestrado como un arte marcial «coreográfica», o de poca efectividad, por practicantes de otras disciplinas.
– Demuestra algo muy valioso y es que realmente se puede repeler una agresión sin provocar un daño mayor. En este caso, el maestro de Aikido, a quien conozco personalmente, tiene unos 40 años de práctica encima y más allá de la técnica nos ha testimoniado a todos que los principios de O’Sensei pueden ser vividos.
– Las fracturas (posible consecuencia de la aplicación de casi cualquier técnica en Aikido), no son algo deseado nunca ya que implican un daño para quien ataca pero… en casos como este (con un cuchillo al cuello y un riesgo cierto de muerte), fueron una consecuencia aceptable ante el conflicto callejero.

Finalmente, la noticia también referencia que a veces se practica toda una vida para poder resolver una situación de vida y muerte como esta. O tal vez, y mejor… nunca tengamos que probarnos.
Fuente:arturomoya.blogia.com

Share