El muro amenazado

El ‘Largo Muro’, como se llamaba en la antigüedad a la Gran Muralla China fue creado a partir de tramos existentes construidos en el siglo 3 a.C para proteger a los habitantes de los ataques de Mongolia y Manchuria, y para impedir que ingresaran con ellos caballos a la ciudad. Pero la Gran Muralla China actualmente se encuentra en peligro de derrumbe, no por los combates, sino por los constantes saqueos y abusos en su gran mayoría cometidos por turistas que acampan cerca del muro, quitan ladrillos y organizan eventos que no están permitidos. “La muralla no sólo se está cayendo a pedazos, sino que está desapareciendo”, explicó el historiador chino Dong Chaingou a Tiempos del Mundo, durante su visita a Buenos Aires, Argentina. “Tras la dinastía Qing, la muralla no tuvo uso útil y se convirtió en fuente de materiales para proveer a las aldeas y pueblos vecinos. Luego, en la primera mitad del siglo 20, se alentaba a los habitantes a que se llevaran ladrillos del muro para construir sus propias casas porque el gobierno de entonces veía a la muralla como un recuerdo del pasado feudal y no veían válida su restauración”. Posteriormente, el propio gobierno chino, advertido del auge popular de tamaña construcción, decidió lanzar una campaña de protección y preservación del muro. “Todo aquel que pinte, quite piedras u organice alguna fiesta en lugares cercanos y prohibidos tendrá que pagar multas muy altas y también enfrentar cargos penales”, comenta Chaingou. La idea es cuidar y restaurar varias partes de este gran atractivo que ya está viendo desvanecer su esencia histórica y que concentra toda la atención en su promoción. El año pasado visitaron la muralla 13 millones de turistas, más del doble de visitantes que hace una década. Hubo un tiempo en que la Gran Muralla fue fuerte, o al menos su fortaleza provenía de lo imponente que resultaba su obra, pues los expertos aseguran que nunca sirvió de contención de ningún embate. Hoy, desmoronada por el maltrato y por la edad, sólo le aguarda un destino de daño constante si no es rehabilitada. TDM La Gran Muralla Su extensión es de 6.600 kilómetros. Abarca siete provincias, desde el mar de Bohai hasta el desierto de Gobi. En su construcción participaron más de 20 estados y dinastías durante 2.000 años, y más de 400.000 personas trabajaron en la obra. Los sectores que actualmente sobreviven, colocados de extremo a extremo, conectarían Moscú con Madrid. Varias de las piedras empleadas en su construcción miden más de 2 metros y pesan una tonelada. El muro tiene una altura de entre 7 y 8 metros. En algunos sitios alcanza 10 metros. El ancho es similar al de las carreteras y aeropuertos.

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