El caso del Uke renuente

 

Para aquellos de nosotros no atraídos a la violencia congénitamente, el entrenamiento de aikido algunas veces presenta problemas que son difíciles de ignorar. Ellos vienen en forma humana y en distintos tipos de personalidades. Entre ellos se encuentra el uke renuente (o el uke que se rehúsa.) Este es el tipo que trata de bloquear todos tus esfuerzos por aplicar una técnica y enfermo placer en rehusarse a caer. Él dedica su tiempo en la colchoneta tratando de probar que tus técnicas no funcionan. Y algunas veces él lo logra. Él puede ser nuevo en el aikido, habiendo migrado de otra arte marcial o, peor, alguien con años de experiencia que sabe precisamente cuando hacerse a el mismo totalmente no cooperativo para lograr un máximo efecto. Típicamente él parece no entender que destructivo y sin sentido su comportamiento es, y no pasa ni una mínima cantidad de filosofía de aikido a través de el. El ve todo en términos competitivos y cree que toda técnica debe trabajar a pesar de las circunstancias. Muy raramente él cambiará su punto de vista.
¿Cuántas personas han dejado el aikido por él?¿Cuántas mujeres se han alejado del arte por su comportamiento chauvinistico?¿Cuántos instructores honestos y sinceros el ha causado colgar
sus hakama, convenciéndolos de que no están calificados para enseñar? Algunas veces el uke renuente es fácil de convencer para razonar y responderá a una pequeña charla, suministrada temprano en su carrera. El no debe ser confundido, en cambio, con el uke que agarra firmemente o golpea es positivo para ambos compañeros para investigar y descubrir el significado del aikido. La diferencia está en la actitud y en la intención. Por supuesto el uke renuente puede ser tratado físicamente, con un suave atemi o una dolorosa y peligrosa abreviación de una técnica, y algunos instructores se han ganado una temida reputación por usar este tipo de tratamiento ojo por ojo, pero muchos de nosotros titubeamos para responder en esta forma. Usualmente el esfuerzo por bloquear una técnica hace al bloqueador un blanco fácil para un puñetazo, pero el desquite(o venganza) no está de acuerdo con los fines aikido, y puede llevarnos a algo no tan diferente de una competencia.
Mi propio hijo atravesó un periodo (gracias a Dios muy corto) durante el cual el se convirtió en un uke muy renuente verdaderamente. Mientras yo estaba haciendo una técnica enfrente de la
clase lentamente él podía repentinamente ejercer totalmente su fuerza para bloquearla a mitad de camino. Responder con un atemi no era realmente una opción bajo esas circunstancias. También teníamos un campeón de levantamiento de potencia en nuestra clase que acostumbraba a aplicar su masiva fuerza en los momentos más inesperados. Una vez cuando estábamos haciendo kokyuho el repentinamente jalo mis brazos hacia él, envolviéndolos con su musculatura y poniéndolos bajo sus axilas. En vez de las opciones de darle un cabezazo o morderle su nariz no lo consideré apropiado o necesario – además estaba indefenso.
por David Lynch
Traducido por Pedro J. Riego

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