Buscando el Tesoro Espiritual, H.Matsuoka

Conocí a Abe Sensei en Noviembre de 1984 y eso produjo el cambio más drástico en mi vida. Me gustaría hablar sobre las cosas que aprendí de Abe Sensei a través de nuestras conversaciones.
Los diez días que pasé con Abe Sensei fueron extremadamente significativos para mí. Desayunamos juntos, caminamos por silenciosas colinas y conversamos en una casa en las montañas de Los Ángeles. Le pedí a Abe Sensei que me explicara diferentes cosas, por ejemplo, “¿Cuál es la verdadera enseñanza Japonesa?”, “¿Qué es el Aikido?”, le pregunté sobre el concepto de dios (Kami) y sobre el Kojiki (Las Historias legendarias sobre el Antiguo Japón). No sé cuánto comprendí, pero lo que sentí de las explicaciones de Abe Sensei fue la profundidad del espíritu del Aikido. La profundidad del espíritu del Aikido no procede simplemente de su historia, sino del conocimiento de japoneses de varios miles de años. De acuerdo con Abe Sensei, el origen del Aikido existe en el Kojiki, que se escribió en el siglo ocho. Abe Sensei me explicó que durante esos años se relataba el comportamiento de las personas y los conceptos, a través de mitos (leyendas) recogidas en el Kojiki. Esto fue muy interesante.
Llegados a este punto, permítanme explicar brevemente lo que es el Kojiki. Al principio del siglo ocho, la corte de Yamato editó los origenes del emperador Japones. El Kojiki es uno de esos documentos, así como un libro antiguo, que explica el Japón del pasado y el comportamiento y los conceptos de los japoneses, a través de mitos (leyendas). Abe Sensei dijo que es importante la percepción que se tenga del Kojiki.
A la mañana siguiente, le preparé a Abe Sensei un desayuno ligero, con arroz marrón y sopa de miso [1] . Mientras desayunábamos él dijo, “Kojiki no debería ser algo misterioso. Debería ser comprendido por eruditos, artistas y personas en general, al mismo tiempo y en el mismo nivel”. Su traducción del Kojiki está basada en palabras (Yamato Kotoba). No en la traducción de caracteres chinos (Kanji), como lo hacen la mayoría de los eruditos. También comentó, muy emocionado, que la traducción del Kojiki era una de sus misiones en esta vida.
Siempre que pude, estuve buscando las oportunidades para preguntarle a Abe Sensei sobre el Aikido, O Sensei y el Kojiki. Esa es la razón por la que procuraba hacerle el desayuno cada mañana. Yo le pregunté, “Abe Sensei, hay una ‘poder de la respiración’ en la esencia de las técnicas del Aikido. ¿Explicaría concretamente de qué tipo es ese poder?” El conocimiento original del “poder de la respiración” en las técnicas de Aikido, puede ser encontrado a través de los ancestros en el Kojiki. Este “poder de la respiración” no es simplemente inhalara y exhalar. Es un método para sacar del cuerpo humano un poder ilimitado y que se usa en la propia concentración del Aikido. A través de 1) Pensamientos poderosos, 2) Usando el bajo abdomen, 3) Extendiendo las puntas de los dedos, 4) Respiración abdominal y 5) La voz. Cuando todos estos elementos se unen, el verdadero “poder de la respiración” se materializa.
Según la explicación de Abe Sensei y de acuerdo con el Kojiki, durante la era Okuninushi-no-mikoto los países de Isumo y Yamato nombraron un representante para lograr el fin de la guerra, cada uno de ellos debía medir su fuerza contra el otro. Cuando la persona del lado de Isumo apretó la mano del de Yamato tan fuerte como pudo, ésta estaba fría y dura como un témpano. De repente, se volvió afilada como una espada y cuando el de Yamato le apretó la mano al representante de Isumo, se la destrozó. De acuerdo con la interpretación de Abe Sensei, el representante de Yamato sabía “el poder de la respiración”.
El valor de armonizar es fundamental en Aikido. Su filosofía nació en el antiguo Japón y aún está documentada en el Kojiki en forma de mitos (leyendas). Ahora siento una fascinación hacia el tiempo de los antepasados y me gustaría expresar mi respeto hacia la profundidad de sus conocimientos. Pienso que es importante ver con respeto nuestras historias, pues a través de ellas podemos descubrir algo que hemos olvidado como personas.
[1] Pasta densa y fermentada, hecha con semillas de soja y usada con frecuencia en la cocina Japonesa
Fuente:Kiseidojo, Sevilla

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