Inspirada en la voluntariosa experiencia de un niño canario víctima del cáncer, está concebida como un cuento de Navidad
Hoy se estrena en Madrid la primera película de Paco Arango que lleva por título Maktub. El título hace referencia a esas extrañas casualidades que nos suceden a veces y que parecen inevitables, como si fueran producto del destino. Inspirada en la voluntariosa experiencia de un niño canario víctima del cáncer, está concebida como un cuento de Navidad. Los recursos económicos que genere Maktub serán destinados a sufragar la construcción en España de un centro de trasplantes de médula ósea para niños. Por Alicia Montesdeoca.
Maktub es la primera incursión de Paco Arango como director de cine. Él es, أيضا, el autor del guión de esta película que está inspirada en un chico canario, Antonio González Valerón, al que conoció y con el que estableció una buena amistad, durante la estancia hospitalaria del joven, en el Hospital Niño Jesús de Madrid.
Esta película, del género comedia, es un film concebido como un cuento de Navidad. Rodada en Madrid, su preestreno está programado para el 16 de diciembre próximo. La palabra “Maktub” procede del árabe y significa “lo que está escrito”. El título hace referencia a esas extrañas casualidades que nos suceden a veces y que parecen inevitables, como si fueran producto del destino. Los recursos económicos que genere Maktub serán destinados a sufragar la construcción de un centro de trasplantes de médula ósea para niños.
Los personajes de la historia los protagonizan los actores Diego Peretti, Aitana Sánchez-Gijón, Goya Toledo, Andoni Hernández, Rosa Mª Sardá, Amparo Baró, Mariví Bilbao, Enrique Villén, Jorge García (‘Lost’) y Laura Esquivel (‘Patito Feo’). El film está producido por Sonrisas que hacen magia Producciones A.I.E. con la colaboración de Antena 3.
Manolo (Diego Peretti), se encuentra en plena crisis. La rutina de su trabajo le resulta asfixiante, su matrimonio con Beatriz (Aitana Sánchez-Gijón) está al borde del caos, y con esta situación sus hijos son lo último en lo que pensar.
Para colmo, acude a una boda a la que no quiere ir y sufre un accidente tan tonto como aparatoso. Desde entonces este cuarentón aburrido y desencantado, empieza a tener visiones de una mujer gorda que aparece allá donde mire y esto le acaba conduciendo a un hospital para hacerse un escáner. Es allí donde el destino le reúne con Antonio (Andoni Hernández), un chaval enfermo de cáncer pero con una vitalidad contagiosa y un espíritu de superación impresionante.
La relación entre estos dos amigos tan improbables termina por implicar a todos los que se cruzan en su camino: la madre de Antonio (Goya Toledo), que adora a su hijo, pero se pasa de protectora; la madre de Manolo (Amparo Baró), que aburrida de la vida en una residencia, ha adoptado a otra anciana como su doncella (Mariví Bilbao); un repartidor de comida (Jorge García), que a base de burritos se ha convertido en uno de los mejores amigos de Antonio; el peculiar vecino de Manolo y Beatriz (Enrique Villén); la preciosa niña, hermana de uno de los pacientes del hospital (Laura Esquivel); y Guadalupe (Rosa María Sardà), una enfermera veterana que es el alma del servicio de oncología.
Poco a poco va formándose una increíble familia sin lazos de sangre que terminará improvisando la mejor cena de Nochebuena que jamás pudieron imaginar en la que la emotividad y las risas están garantizadas.
Andoni Hernández encarna el papel de Antonio
Maktub es el debut en la gran pantalla de un joven canario, de la localidad grancanaria de La Garita, seleccionado tras varios castings realizados en las Islas Canarias. Es alumno en Telde, segundo municipio de Gran Canaria, de la también actriz Blanca Rodríguez y uno de sus trabajos ganó un premio nacional de cortometrajes en 2009.
Su preparación para el papel fue muy intensa para poder representar un personaje inspirado en una personalidad tan real y peculiar como la que poseía Antonio González Valerón. Para ello contó con una atención muy especial por parte del realizador Paco Arango que tanto lo conocía (incluyendo el visionado de numerosos vídeos del auténtico Antonio) و, مسار, con el apoyo y los consejos de sus compañeros de reparto más veteranos.
Uno de los personajes de la película Maktub está inspirado precisamente en el caso real de Antonio González Valerón, un joven canario que padecía cáncer y que, لكن, era para todos un ejemplo de ilusión, sabiduría y ganas de vivir. Falleció en marzo de 2009, a los 16 años recién cumplidos, a causa de una infección, tras un implante de médula que había curado la leucemia que le diagnosticaron a los 13 سنة. El rap de la Fundación Aladina, Sonrisas que hacen magia, con música de Paco Arango, es parte de su legado.
Conocimos la historia de Antonio en una Escuela de Verano en la Gomera, organizada por la Unión de Estudiantes Canarios, a la que asistieron adolescentes y jóvenes de todas las islas del archipiélago. Fue para nosotros una hermosa experiencia, en la que aprendimos mucho y en donde conocimos algunas de las historias que vivían aquellos jóvenes llenos de vida, de inquietudes y de proyectos.
Carla, una jovencita de la isla del Hierro, nos contó la historia de su amigo Antonio. Una experiencia que había marcado para siempre su vida y la de todos sus amigos. Antonio era su referencia, confesaba, para afrontar los problemas cada día: “es mi ídolo”, decía. Todos, sus amigos y ella, habían tenido un aprendizaje duro pero lleno de hermosas lecciones, las que provenían de aquel personaje que sólo tenía 16 años cuando murió. Un personaje creativo, compuso 14 canciones, que puso letra y voz a su propio dolor y que se comprometió y comprometió a todos los que les rodearon, y a los que les hemos conocido posteriormente, con el proyecto que representaba la Fundación Aladina. A todos les legó, a pesar de sus pocos años, las razones para vivir y para luchar por la vida, aunque ésta tenga una cara amarga.
El joven Antonio conoció a Paco Arango y a los voluntarios de la Fundación Aladina y decidió recrear y cantar su experiencia como el mejor homenaje a aquellos que día a día ayudan a descubrir el sentido que tiene, para los niños y los jóvenes de la planta de oncológicos, de cualquier hospital, su alegría y su amor por cada momento que se respira, pues en cada uno de ellos se da una nueva oportunidad para gozar y aprender de las pequeñas cosas.
Paco Arango: “Vivir más con el corazón”
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