La encina

La encina, que conserva más un rayo

de sol que todo un mes de primavera, no siente lo espontáneo de su sombra, la sencillez del crecimiento; apenas si conoce el terreno en que ha brotado. Con ese viento que en sus ramas deja lo que no tiene música, imagina para sus sueños una gran meseta. Y con qué rapidez se identifica con el paisaje, con el alma entera de su frondosidad y de mí mismo. Llegaría hasta el cielo si no fuera porque aún su sazón es la del árbol. Días habrá en que llegue. Escucha mientras el ruido de los vuelos de las aves, el tenue del pardillo, el de ala plena de la avutarda, vigilante y claro. Así estoy yo. Qué encina, de madera más oscura quizá que la del roble, levanta mi alegría, لحظات قليلة مكثفة حتى قبل الغسق وعازمة حتى الآن. كما يتم بث الشوفان البذر وأنه لا يهم أن تقع هنا أو هناك إذا السقوط على الأرض, محتوى غني الحماس الفكر تتسرب إلى الأشياء, entreabriéndolas, السماح ضوءه ثم منحهم الوضوح جديد. وهذا صحيح, لأن البلوط يعرف ما الموت بدوني? وهل خصوصية معينة, su instinto, عفوية ظله أكثر المؤمنين من أي شخص? هل صحيح حياتي حتى, في المتوسط ​​المتواصل ليترك فك شفرة الربيع? كلاوديو رودريغز

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