Según Wikipedia, la siguiente definición es una de las muchas interpretaciones y creencias, pero sin duda la versión más identificable y aceptada por la mayoría de las culturas de lo que la noción de “الفنون العسكرية” ha significado a través del tiempo, y lo que significa hoy en día.
Las artes marciales son sistemas codificados y tradiciones de las prácticas de combate. Se practican por una variedad de razones, incluyendo la defensa personal, la competición, la salud y estado físico, y el desarrollo mental, físico y espiritual.
El término arte marcial se ha asociado en gran medida a las artes marciales de Asia oriental, pero fue originalmente utilizado en relación con los sistemas de combate de Europa ya en la década de 1550. Un manual de esgrima inglés de 1639 utilizó el término con referencia específica a la “Ciencia y Arte” de la esgrima. El término deriva en última instancia del latín, y significa “Arte de Marte”, donde Marte es el dios romano de la guerra. Algunas artes marciales son consideradas “tradicionales” y están vinculadas a un grupo étnico, cultural o religioso, mientras que otras son sistemas modernos desarrollados ya sea por un fundador o una asociación.
En base a esta definición, no puedo considerar el Aikido como un arte marcial”tradicional”, consistente y asociado principalmente con el combate, la competición o comparación de habilidades. Desde que Morihei Ueshiba, fundador del Aikido, en repetidas ocasiones, clara y enfáticamente negó que su Aikido fue fundado por motivos de combate, tenemos que tomarle la palabra y dejar de tratar de comparar y contrastar su Aikido en eficacia de combate, ejemplos existentes de integridad marcial, o cualquier otra historia de éxito de condiciones de combate de otros sistemas de artes marciales. Estamos comparando ágatas con diamantes, que es totalmente ridículo, un desperdicio de recursos, e ignorando totalmente para lo que realmente el Aikido de Ueshiba estaba destinado, o de por qué goza de la popularidad que ha ganado realmente.
Durante los 60 años que he estado involucrado con el estudio del Aikido del Fundador, me he preguntado casi diariamente que si el sistema que estaba estudiando realmente me ayudaría en un altercado físico o pelea. لحسن الحظ, nunca he tenido que responder a esa pregunta, probablemente por pura suerte, y quizás debido al hecho de que yo era más grande que la mayoría, y actuaba como si no fuera un blanco fácil. الآن, al acercarse al final de mi viaje de auto-descubrimiento, y puedo evaluar mejor lo que he logrado en realidad, las respuestas no son más fáciles de encontrar que antes. لكن, las miles de preguntas y dudas se han reducido un poco, desapareciendo a sólo unas pocas.
Aunque creo que he desarrollado habilidades marciales hasta cierto punto, esto NO quita, ni de lejos, lo que he adquirido después de tantos años de entrenamiento. Los resultados más valiosos de mi asociación con el Aikido han sido los maravillosos contactos con los increíbles seres humanos que he encontrado y afortunadamente conocí. Su ejemplo de clase, verdadera firmeza de carácter, valentía, tenacidad y de simplemente vivir su vida diaria, me ha inspirado sin fin, y continuará haciéndolo.
Uno no necesita prepararse para ser un paracaidista cuando se está en tierra firme. Uno no necesita prepararse para el vuelo espacial, si no será un astronauta. Uno no necesita prepararse para los exámenes de doctorado, si no se va por un título. Uno no tiene que prepararse para una pelea, si uno resuelve no estar cerca de una o puede alejarse de una. Ya he admitido al SH en mi vida, donde Shit Happens, pero no voy a estar esclavizado o preocupado mórbidamente con la posibilidad de violencia, mientras que estoy viviendo mi vida normal. Lo que viene, vendrá, y me limitaré a dejarlo pasar sin mí. Mi entrenamiento de Aikido y descubrimientos personales me han dado la sabiduría y la fuerza para mantener la actitud anterior.
ثم, أيضا, recuerdo mis relaciones con la familia Ueshiba, los numerosos mejores estudiantes directos del fundador, las generaciones venideras de devotos del arte del Fundador, a todos los cuales admiro, no por sus habilidades marciales, sino por su conocimiento genuino de las personas, increíble sentido de la contención y real auto confianza adquiridos. Invariablemente han hecho las paces con lo que pueden y lo que no puede hacer, viviendo una vida relativamente libre de ideas irreales de negatividad, y encontrando alegría en sus familias, amigos y la libertad para vivir de forma creativa y libre de temores infundados.
Para mí también, la necesidad de protegerme con mi aikido de cualquier conflicto o pelea posible, es mayormente irrelevante en cuanto a cómo voy por mi camino, e insignificante en cuanto a prioridad. Las habilidades que conservo están incrustadas en mi propio cuerpo, mente y alma, y sigo confiando en que esto será suficiente, al igual que lo ha hecho durante 69+ سنة. Voy a seguir disfrutando de los rigores del entrenamiento sincero, a sabiendas de que el progreso mutuo es el objetivo del día. Voy a sonreír constantemente, y reir cuando sea apropiado, porque estoy de hecho entre amigos.
Para los que piensan y actúan de otra manera, los felicito por su decisión incómoda, incluso como lo fue para mí. La admonición del Fundador para cada uno de nosotros de definir y desarrollar nuestra propia interpretación del Aikido es válida, independientemente de las decisiones tomadas, sobre todo, cuando se hace con integridad y honestidad con uno mismo. Entiendo cuando las creencias fuertes y la necesidad de exclusividad hace señas, pero también espero de que podamos seguir siendo hermanos y hermanas en Aiki, e ir hacia la mayor visión del fundador del legendario puente de plata.
El aikido es la manera de hacer la paz entre nosotros, dijo O Sensei. Cómo hacer precisamente eso parece haber escapado a la gran mayoría de los que profesan la práctica de la visión del fundador y sus ideales. No tenemos que hacer primero la paz dentro de nosotros mismos? Si el entrenamiento del Aikido debe tener un fin duradero y utilidad, debe ir mucho más allá del tatami, y en las vidas que vivimos a diario. La cortesía suave del mantenimiento adecuado del ma ai en las relaciones, la adopción de diferentes ángulos en cualquier conversación o discusión para encontrar otra solución, el principio de irimi para encontrar el núcleo del problema sin compromiso pasivo o negativa inútil, la capacidad de utilizar kuzushi, no entre nosotros, sino en los obstáculos para el razonamiento y la reconciliación verdadera, todos son parte de nuestro entrenamiento que necesita desesperadamente ser practicado a diario, y con bondad sencilla y compasiva respecto a los demás.
نعم, Aikido puede ser un arte marcial devastador, pero no en el sentido tradicional. Porque ahora podemos permitir que el verdadero oponente no se acerque desde fuera de nosotros, sino desde dentro. Puede muy bien ser el mal uso del ego, el sucumbir a los apetitos, la falta de voluntad para escuchar y consolar, el desconocimiento de signos reales de peligro inminente y amenazas a nuestros seres queridos y a nosotros mismos, etc. Tenemos que encontrar nuevos usos para nuestras habilidades marciales para hacer frente a las luchas internas, conflictos y desafíos que todos tenemos que enfrentar cada día. هذا, creo, es lo que valida el entrenamiento, el desarrollo del carácter y la lealtad necesaria incondicional a los principios de Aiki, y a nuestro propio aikido.
فرانسيس وتاكاهاشي
ترجمة كارينا
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