Gracias, كارينا, por este artículo sobre el “ego“, y las fabulosas citas que has añadido.
El ego es para mí un talento, una habilidad innata para visualizar lo el yo puede conseguir. El hombre es un animal complejo, poseedor de muchas capacidades sin igual en el mundo natural, colocándolo en la “cima de la cadena alimentaria”. En la mayoría de los individuos, la gestión de estas habilidades puede ser abrumador, así siempre es necesario proveer la disciplina exterior cuando el modo disciplinario interno falla. También, tenemos la sociedad, tanto de forma específica y en general, sonando con sus reglas, normas, premios y consecuencias, tratando de tener un beneficio fuerte del ego, y no hacer daño a las masas. El papel de la religión es importante en este sentido a lo largo de la historia de la humanidad, y es responsable de muchas de las neurosis que vemos hoy. في النهاية, se reconoce que directrices internamente aplicadas y la modificación de la conducta es lo más que podemos esperar de lograr.
Como un factor valioso y, a veces, esencial en la determinación del éxito para el individuo, la sociedad debe encontrar la forma ambos alentar y la forma de ayudar a la expresión y aplicación del comportamiento motivado por el ego. Sólo recompensarlo o condenarlo es demasiado simplista e ignora los otros factores de la psique de la persona que son necesarias. POR ejemplo, los extraordinarios esfuerzos y los resultados deben ser recompensados con más frecuencia, y no estar sujetos a la indiscriminada o destructiva competición en un ambiente no controlado. La imagen saludable de sí mismo es un deseo para todos y cada uno de nosotros. El ego sano y apreciado bien puede ser un camino largo hacia el logro feliz de nuestras metas y sueños acariciados.
En cuanto a las expectativas de que de los “sensei” و “Shihan” automáticamente se espera que exhiban un extraordinario control sobre sus egos y comportamientos, en realidad debemos ser más realistas. Estos individuos son inevitablemente miembros de nuestra sociedad, sujetos a sus lógicas y razonables limitaciones y directrices. Es el “público que adora” que a menudo falla en aplicar estas pautas a sus “héroes”, dandoles falsamente carta blanca, y abandonandolos cuando ya no siguen gustando, o cuando finalmente fracasan miserablemente, como inevitablemente lo harán. Tienen que ser tratados de la misma manera que cualquier otro miembro valioso de nuestra sociedad, y atendidos igual de amablemente.
فرانسيس وتاكاهاشي
ترجمة كارينا
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