Oda al día feliz

Esta vez dejadme
ser feliz,
nada ha pasado a nadie,
no estoy en parte alguna,
sucede solamente
que soy feliz
por los cuatro costados
del corazón, andando,
durmiendo o escribiendo.
Qué voy a hacerle, soy
feliz.
Soy más innumerable
que el pasto
en las praderas,
siento la piel como un árbol rugoso
y el agua abajo,
los pájaros arriba,
el mar como un anillo
en mi cintura,
hecha de pan y piedra la tierra
el aire canta como una guitarra.

dunas de Carina

Tú a mi lado en la arena
eres arena,
tú cantas y eres canto,
el mundo
es hoy mi alma,
canto y arena,
el mundo
es hoy tu boca,
dejadme
en tu boca y en la arena
ser feliz,
ser feliz porque si, porque respiro
y porque tú respiras,
ser feliz porque toco
tu rodilla
y es como si tocara
la piel azul del cielo
y su frescura.

Hoy dejadme
a mí solo
ser feliz,
con todos o sin todos,
ser feliz
con el pasto
y la arena,
ser feliz
con el aire y la tierra,
ser feliz,
contigo, con tu boca,
ser feliz.

بابلو نيرودا

فوينتى Poemas de Pablo Neruda

Qué es para tí un día feliz? Todos lo vivimos de forma diferente. Muchas veces somos felices y no nos damos cuenta hasta pasado un tiempo cuando recordamos aquello momentos tan entrañables.
Nos despertamos por la mañana, estamos vivos, miramos por la ventana, oimos el canto de los pájaros, que sorpresa nos deparará el día de hoy?
Gracias por poder estar aquí otro día más!

Quisiera compartir esta reflexión que me llegó por un PPS

Ajedrez con la muerte
Era una noche fría y oscura. Daniel bebía un café sentado en su sillón favorito en la sala de su casa. Su familia dormía y el reflexionaba tantas cosas que perdió la noción del tiempo. Eran las tres de la mañana, llevó su taza vacía al lavaplatos, y abrió el refrigerador para prepararse un refrigerio. Cuando cerró la puerta vio junto a él a una figura muy conocida, pero nada apreciada.
La espectral imagen le arrebató el sueño en un instante y lo miró fijamente y le dijo con voz tenue:

– ¿Sabes bien a que he venido
El asintió con la cabeza y dijo:
– إذا, lo sé. Ya es hora.

La muerte confundida le preguntó a su víctima:
– ¿No vas a llorar
Todos lo hacen, se arrodillan y suplican, juran que serán mejores, ruegan por una oportunidad. ¿Tú porque no?

Temeroso aun con un nudo en la garganta, Daniel le respondio:
– ¿De que me sirve? Nunca me darás otra oportunidad. Tú solo haces tu trabajo.

Cierto, solo hago mi trabajo.
– ¿Puedo despedirme de mi familia? cuestionó Daniel con la ligera esperanza de recibir un si.
– Tú has dicho que sólo hago mi trabajo, yo no decido la hora ni el lugar, mucho menos los detalles. Lo siento.
– No tienes de que disculparte, poca gente piensa en su familia en la vida pero al llegar este momento, todos piden lo mismo.
– No lo entiendes, dijo Daniel con tono de reproche yo perdí a mi padre cuando tenía 15 سنة, y mi sufrimiento fue grande… pero mi hija menor tiene tan solo 4, déjame decirle que la amo.
– Tuviste 4 años para decírselos, tuviste muchos días libres, muchos cumpleaños, fiestas y momentos en que pudiste decirle a tu hija que la amas. ¿Por qué solo pensaste en tu hija?
– Mi hijo mayor no me creería, y mi esposa, a ella no creo que le interese si la amo o no. Nos hemos distanciado mucho. Pero mi niña, no hay día que entre yo por la puerta y no este ahí para recibirme con un beso.
– Deja de hablar ya se hace tarde.
– Está bien. Sabes este momento hace que mucha gente haga conciencia de su vida.
Lástima que sea demasiado tarde.

Salieron ambos al patio; un extraño tren aguardaba en la calle y lo abordaron.

– No todo es aburrido en la muerte no te puedo decir lo que pasará al llegar, pero te propongo que juguemos ajedrez para matar el tiempo.
Con una sonrisa y una lágrima Daniel dijo: que curioso, creí que no tenías sentido del humor.

El juego inició. Daniel no se calmaba aunque comenzó ganando, consiguió un alfil y un caballo. Pero era obvio que eso no lo alegraba.

La muerte le preguntó ¿A que te dedicabas en vida?
– Soy… es decir era un simple empleado en una fábrica de calzado.
– ¿Obrero?
– ليس. Trabajaba en la administración.
– Ah, supongo que tú te encargabas de ver si algo faltaba en producto o dinero.
– إذا, en parte así era.
– No lo entiendo…
– ¿No entiendes qué?
– Porque ustedes teniendo tantas cosas que hacer se encierran en el trabajo, se olvidan de los sentimientos, no les importan los demás, se vuelven egoístas y violentos para que al visitarlos yo demuestren ternura, humildad, tristeza, miedo, e incluso lloren. ¿Por qué esperar a que llegue yo, si ya nada podrán hacer?
– لا أعرف.
– En cambio yo, soy un simple peón, haciendo lo que debo hacer y nada más. Mientras ustedes son dueños de su propia vida, capaces de decidir que harán con ella, ¿y para qué? SI su peor decisión es desperdiciar su vida.
– Te creí más cruel- comentó Daniel.
– Nada es lo que parece.

El silencio reinó por unos instantes mientras Daniel ponía en jaque a la muerte.

– Dime ¿qué pensabas cuando te casaste?
– Pensaba en ser feliz, en formar una linda familia, en formar parte de la sociedad.
– ¿Y lo lograste?
– ¿Es broma verdad? me encontraste solo en mi cocina, durante la madrugada, y te pedí despedirme de mi hija. Es obvió que no lo hice. Si hubiese mostrado más amor a mi familia la despedida no hubiera sido necesaria.

Ya las lágrimas se habían secado del rostro de Daniel y de pronto exclamó suavemente “Jaque Mate”

La muerte sonrió y dijo: ¡Felicidades!

Suspiró Daniel y respondió: Es una pena que no sirva de nada. No me importaba ganar de todos modos ya estoy aquí. Un simple juego de ajedrez no aleja mi mente de mi familia, de mis hijos, mi esposa.

Las lágrimas brotaron de nuevo en el rostro de Daniel quien se cubrió el rostro con ambas manos.

Y mientras el sollozaba la muerte exclamó: ¡Llegamos!

Daniel intento calmarse y al abrir los ojos estaba de nuevo en su viejo sillón, se secó las lágrimas eran las 6.45 de la mañana. Y en lugar de gritar ¡Estoy vivo! como lo haría cualquier otro, salió al patio y dijo con voz tenue: Gracias.

Caminó de vuelta a su casa, entró a la habitación de su hija, la tomó en sus brazos, entró en la habitación de su esposa le dió un beso y fue donde su hijo dormía, le hizo cosquillas en los pies, y le dijo:

– Hijo, despierta es domingo.
– ¿Me despiertas para decirme que es domingo?
– No hijo, los desperté para decirles que los amo.

No esperes a jugar ajedrez o lo que sea, mucho menos pedir más tiempo; hazlo ahora y dile a tus seres queridos que los amas…

Please read this article in english in أيكيدو أكاديمية الولايات المتحدة الأمريكية
Bitte lese den Artikel in deutsch in نقوم بتدريب الايكيدو

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