En el aikido se encuentra la libertad del espejo

Conversación con Osawa Kisaburo sensei, director técnico del Zaidan
Hojin Aikikai, Sekai Aikikai So Hombu.
– Maestro, ¿nos podría decir cómo ha influido la práctica del zen en su práctica del aikido?
Por otro lado, ¿aceptaría usted escribir un prefacio para el próximo libro de
Tamura?
– Practico el soto-zen. Fui discípulo de Sawaki Kôdò Roshi, el maestro de Deshimaru Roshi. El zen-soto no persigue el satori, la iluminación… es simplemente sentarse, decía él. Ser claro y nítido como un espejo que refleja todos los aspectos del mundo sin pretender retener nada ni guardar nada en su poder. Cuanto más puro sea el espejo menos apego habrá. Se trata del concepto mu-sho-toku, central del soto-zen. Cuando
el espejo no está perfectamente nítido transforma el mundo que recibe. Asimismo, en nuestro espíritu, la más mínima traza de ego se apega al mundo y busca agarrarse para hacerlo suyo y fijarlo. Busco practicar el aikido sin apego, como
un espejo. El apego hace nacer el espíritu combativo; لكن, el aikido es una búsqueda de la libertad que se realiza modelando el cuerpo, como un panadero amasa pan, no es un método de destrucción. En el aikido se encuentra la libertad del espejo.
إذا, por lo tanto, existe un espejo que pulir, por supuesto hemos de practicar el aikido
en este sentido, cada uno ayudando al otro en esta tarea. Por esta razón es paradójico
transmitir el aikido por medio de un libro, porque un libro no es un espejo sino
una manifestación del ego que querría fijar el reflejo del mundo. ¡Me está pidiendo que escriba, pero no se puede fijar nada por escrito!
Intente, más bien, tomar nota de mis palabras…
El maestro Osawa, pues, nos ha dejado a nosotros la responsabilidad de jugar
a los espejos sucios.
S. Benedetti
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