Gabriel Rodríguez Pregunta: ¿Qué significa hacerse o ser un guerrero espiritual? Gabriel Rodríguez: Aquél que se entrena para obtener lo que no tiene: una atención libre, una voluntad propia, una inteligencia imparcial, un sentimiento puro. Aquél que lucha –como la palabra lo indica: guerrero espiritual- por dar la primacía al espíritu sobre la materia, al bien sobre el mal. Aquél que reconoce su esclavitud interior y lucha por liberarse. Pregunta: Si a nivel interior podemos hablar de un guerrero espiritual, debe por lo tanto existir también una guerra espiritual… ¿De qué guerra hablamos? ¿Cuáles serían los enemigos? Gabriel Rodríguez: Esta guerra existe sólo si el guerrero existe. Si él aparece, está, entonces puede descubrir a sus enemigos. Puede distinguir el bien del mal dentro de sí mismo. Todas sus tendencias automáticas y su egoísmo son sus enemigos, son el mal. Su anhelo más profundo, su sinceridad, su tendencia a la unidad, son su apoyo, el bien. Entonces comienza una lucha contra sus propias debilidades, contra los principios erróneos inculcados en él por una mala educación, contra todo este tejido de hábitos, conceptos, imaginaciones y fantasías que lo han separado de la realidad y que han terminado por crear en él una falsa estructura con la cual se identifica cuando no vigila y a la que llama “yo”. Esta estructura, su falso yo, es su principal enemigo. Pero éste es “legión”, es todo un ejército con soldados, cabos, sargentos, capitanes, generales, etc. ¿Cómo puede uno sólo tener alguna posibilidad en esta lucha? Por eso el guerrero debe unirse a otros que, como él, hayan sentido esa esclavitud y anhelan liberarse. Pero necesita algo más: un general, o un capitán o, no importa, hasta un cabo, porque en esta guerra, el aspirante a guerrero es un neófito. Un grupo de aspirantes solo, es un montón. Un grupo con su guía puede ser una organización eficiente. El aspirante a guerrero empezará su entrenamiento como soldado raso, así como la lucha empieza por lo más pequeño, todos los días, en la vida diaria. El aspirante se irá volviendo guerrero poco a poco, paso a paso, en las sucesivas etapas de esta lucha consigo mismo, ahondando en sus contradicciones, ganando atención, voluntad, inteligencia, limpiando su corazón. Irá comprendiendo cada vez mejor quién es o puede ser él; quienes se enmascaran, se disfrazan de él y lo traicionan. Irá desmontando así el aparato de un falso poder. Un día, ya preparado, dará la gran batalla: estará frente al comandante de esa gran legión. Estará frente a la verdadera sustancia insustancial de sí mismo, delante de su verdadera mentira: su yo. Sus sueños más queridos, sus anhelos más íntimos, lo que hasta ese momento creía su verdad más sublime estarán frente a él como la última mentira a someter, a despejar. El último reducto de ese mundo carnal, material, se le revelará como núcleo de la gran ilusión en la que ha vivido. Será como hacerse un harakiri interior. وانتباههم مصقول الخنجر, عاقدون العزم. دافعه, التوق العميق كيانه لمعرفة الحقيقة بأي ثمن. مساعدتكم, فتح إلى مساعدات أعلى البقاء. ستلاحظ فأنت لست وحدك. بجانبه هي كل ما تبذلونه من التضحيات والجهود, pero sobre todo, وجود سلطة أعلى من يدعو له ويعطي وضوح الحقيقي, القيمة الحقيقية. Immolating, المحارب المعروف ثم من جهة أخرى وانه على حد سواء النفس والنفس مع احد. سيكون هناك قتلى, من ناحية, ولدت من جديد إلى واقع, por el otro.
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