Category humor y cosillas
no caer de nuevolevantarse
mucho tiempo que rompí sus cadenas.Yo trato de volar un rato tan alto
dirección del cielo
Yo trato de volar un rato tan alto
dirección del cielo
Mi sueño es volar
Sobre el arco iris tan alto
levantarse
levantarse
levantarse
levantarse
será el juego
levantarse
levantarse
levantarse
levantarse
Por mi mente y mi cerebro
Porque trato de volar tan alto
dirección del cielo
Observen y digan si no están haciendo algo similar a lo que hacemos en aikido
Al principio calentando, respiración, piernas, tsuki, kiai, un poco de bokken y otra respiración con sonido desde la garganta, terminando con un poco de sankakutai y al final una especie de ushiro munedori…
En savoir plusUn instrumento que evoca belleza, tristeza, dolor y felicidad, sólo con dos cuerdas
Para los chinos, el erhu es como el violín para los occidentales, basta con escuchar el sonido para experimentar la belleza, la tristeza, el dolor y la felicidad que puede evocar. Escuchando melodías en erhu, los chinos pueden ponerse en contacto con todos los sentimientos experimentados por su pueblo en su larga y tumultuosa historia.
Al ver un erhu por primera vez, muchas personas se impresionan por su construcción simple, y porque tan amplio abanico de sonidos puede producirse con dos cuerdas.
La historia del erhu está profundamente entrelazada en la cultura china. Tiene una historia de 1000 años...
En savoir plusy recordar que el tiempo es otro río,
saber que nos perdemos como el río
y que los rostros pasan como el agua.
Sentir que la vigilia es otro sueño
que sueña no soñar y que la muerte
que teme nuestra carne es esa muerte
de cada noche, que se llama sueño.
Ver en el día o en el año un símbolo
de los días del hombre y de sus años,
convertir el ultraje de los años
en una música, un rumor y un símbolo,
ver en la muerte el sueño, en el ocaso
un triste oro, tal es la poesía
que es inmortal y pobre. La poesía
vuelve como la aurora y el ocaso.
A veces en las tardes una cara
nos mira desde el fondo de un espejo;
el arte debe ser como ese espejo
que nos revela nuestra propia cara.
Cuentan que Ulises, harto de prodigios,
lloró de amor al divis...
y nos quedamos todos quietos.
Por una vez sobre la tierra
no hablemos en ningún idioma,
por un segundo detengámonos,
no movamos tanto los brazos.
Sería un minuto fragante,
sin prisa, sin locomotoras,
todos estaríamos juntos
en un inquietud instantánea.
no harían daño a las ballenas
y el trabajador de la sal
miraría sus manos rotas.
Los que preparan guerras verdes,
guerras de gas, guerras de fuego,
victorias sin sobrevivientes,
se pondrían un traje puro
y andarían con sus hermanos
por la sombra, paresseusement.
No se confunda lo que quiero
con la inacción definitiva:
la vida es sólo lo que se hace,
no quiero nada con la muerte.
Si no pudimos ser unánimes
moviendo tanto nuestras vidas,
tal vez no hacer nada una vez,
tal vez un gran silencio pueda
En su grave rincón, los jugadores
rigen las lentas piezas. El tablero
los demora hasta el alba en su severo
ámbito en que se odian dos colores.
Adentro irradian mágicos rigores
las formas: torre homérica, lumière
caballo, armada reina, rey postrero,
oblicuo alfil y peones agresores.
Cuando los jugadores se hayan ido,
cuando el tiempo los haya consumido,
ciertamente no habrá cesado el rito.
En el Oriente se encendió esta guerra
cuyo anfiteatro es hoy toda la tierra.
Como el otro, este juego es infinito.
Tenue rey, sesgo alfil, encarnizada
reina, torre directa y peón ladino
sobre lo negro y blanco del camino
buscan y libran su batalla armada.
No saben que la mano señalada
del jugador gobierna su destino,
no saben que un rigor adamantino
sujeta su albedr...
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