一个和尚在搜索奥运荣耀,es

他上升在黎明,,es,他穿着他的僧侣的长袍,开始了他一贯的一天充满佛经和冥想在日本寺庙,,es,更改铲念珠,开始在附近的河里划船,,es,喀基·亚萨瓦已经捍卫自己国家的颜色在三届奥运会,,es,伦敦和里约热内卢,,es,在激流回旋皮划艇的纪律,,es,当然,我要参加东京,,es,法新社说,在天善光寺寺长野Daikanjin的第一光,,es,日本首都的西北,,es,这将是我生命中参加游戏在日本的唯一机会,,es,矢泽admite,,ja,这不会是容易赢得奖牌是和尚,,es,我们必须充分参与奥运会的目标..,,es, se viste con sus ropas de monje e inicia su habitual jornada llena de sutras y meditación en un templo japonés. Por la tarde, cambia el rosario por una pala y se pone a remar en un río vecino. A sus 27 岁, Kazuki Yazawa ya ha defendido los colores de su país en tres Juegos Olímpicos (Pekín, Londres y Río) en la disciplina de piragüismo en eslalon.

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“Claro que quiero participar en Tokio”, asegura a la AFP en las primeras luces del día en el templo Zenko-ji Daikanjin de Nagano, al noroeste de la capital japonesa. “Será la única oportunidad en mi vida de participar en los Juegos de Japón”.

Yazawa admite, no obstante, que “no será fácil ganar una medalla siendo monje”. “Para lograrlo, hay que dedicarse completamente al objetivo olímpico. Si no, es imposible”.

Este deportista con rostro angelical, al que le encanta publicar ‘selfies’ en Instagram, se convirtió tarde en un monje budista y no lo hizo por vocación.

“No tuve ninguna revelación, no estaba particularmente interesado” en la religión, pero en 2013, temeroso por su futuro profesional tras un honroso noveno puesto en Londres 2012, la mejor posición de la historia para un japonés en esta disciplina, decidió seguir el mismo camino que su mentor. “Consulté a mi profesor” Kenei Koyama, jefe de la asociación local de canotaje y también monje, “y quise convertirme, como él, en alguien que se desvive por los demás”, cuenta el joven Yazawa.

La aventura no es sencilla. “Los dos primeros meses de entrenamiento monacal se hacen en la montaña. Nos levantamos a las dos de la madrugada, estudiamos hasta 10 horas, sentados todo el tiempo en posición de loto (con las piernas cruzadas). La comida es muy frugal y hay que hacer la limpieza uno mismo. Es duro”, se sincera.

Yazawa aguantó. “No es alguien que se rinda. Trabajando a diario con él, puedo decir que tiene una gran capacidad de concentración y una gran constancia”, asegura uno de sus “hermanos”, Shinjun Denda.

No obstante, es difícil conciliar su vida monacal con su pasión, compartida por su joven hermana, que también participó en los últimos Juegos de Río. “现在, no tengo tiempo suficiente para entrenarme, pero yo aprecio el deporte en su estado puro”, precisa el deportista, que pese a las dificultades ganó el mes pasado la Copa de Japón.

¿Considera que tiene ‘ayuda divina’? “No porque me dedique a este oficio remo más rápido”, dice el piragüista, que no realiza ningún ritual antes de entrar al agua. “Pero tengo la impresión de que Buda me protege”, matiza. “Sea como sea, soy yo el que tengo que tener el control, de lo contrario Buda no vendrá en mi ayuda. Me esfuerzo permanentemente para tener el control de mí mismo, de mis estados de ánimo”.

Puede contar con el apoyo infatigable de sus compañeros, que no dudaron en cambiar por completo su ritmo de vida diario, completamente milimetrado, para seguir por televisión las pruebas de Río. “Todos queremos que gane una medalla en Tokio, ¡lo vamos a mimar!”, promete Denda.

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