quiero
celebrarte
llenándome
con tu nombre
la boca,
comiéndote.
Siempre
eres nueva como nada 
o nadie, 
siempre
recién caída 
del Paraíso:
plena 
y pura 
mejilla arrebolada 
de la aurora!
Qué difíciles 
son
comparados 
contigo 
los frutos de la tierra, 
uva cellulari, 
maniglie 
buio, 
ossuto 
susine, fichi 
sottomarini:
tú eres pomada pura, 
pan fragante, 
queso
de la vegetación.
manzana de Carina
Cuando mordemos 
tu redonda inocencia 
volvemos
por un instante 
a ser
también recién creadas criaturas:
aún tenemos algo de manzana.
Yo quiero 
una abundancia 
total, la multiplicación 
de tu familia, 
quiero
una ciudad, 
una república, 
un río Mississipi 
de manzanas, 
y en sus orillas
voglio vedere 
a toda 
la población 
del mundo 
unida, reunida, 
en el acto más simple de la tierra:
mordiendo una manzana.
1956.
Pablo Neruda










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