El gusto a sapo de caña venenoso se puede quitar entrenándolos para ello. Esto podría salvar la vida de las especies en peligro de extinción en Australia.
Los sapos de caña (Bufo marinus) que fueron introducidos fatalmente en 1935 en Australia – en realidad los trajeron para combatir las plagas – están poniendo en situación de riesgo hace mucho tiempo la vida silvestre única del quinto continente: el hambriento, sapo venenoso se los come o mata a muchos de los depredadores, los cuales intentan probar un bocado del sapo venenoso. Finora, apenas tenía enemigos: Se podrían recoger los sapos con la mano y matarlos uno a uno, hubo intentos de envenenar a sus crias o hacer que hormigas hambrientas los acechen, pero todavía no hubo ningún éxito muy duradero. Ora gli amanti della natura desiderosi hanno provato un altro trucco: Vogliono salvare le popolazioni vulnerabili monitorare lucertole(Panoptes Varanus), insegnando loro a non mordere un rospo.
Questo è riuscito, e nei primi esperimenti, rapporto Georgia Ward-Paura presso l'Università di Sydney e colleghi. Per entrambi si, Prima hanno danneggiato lo stomaco 16 piccole lucertole rospi velenosi non poi seguito il destino di questi protetta; e altri 31 lucertole nei prossimi mesi. Hanno aspettato in particolare di un improvvisa invasione di rospi della canna nell'area di studio, che alla fine è accaduto. I varani addestrati ed inesperto ora hanno reagito in modo molto diverso, ricercatori descrivono: Los 31 lagartos que no habían probado el veneno del sapo murieron, mientras que la mitad de los lagartos previamente entrenados sobrevivieron porque se habían negado a probar cualquier bocado del animal venenoso. En principio, los investigadores creen que el entrenamiento de aversión podría tener por lo tanto potencial.
Jan Osterkamp
Traduzione Carina
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