Wegimont, 2da parte

Ya con nuevas fuerzas seguimos disfrutando del curso. A Christian Tissier, que también se alojaba en el castillo, lo veiamos en las comidas y algunas tardes en el bar, parecía divertido con el toque de ruidosa alegría que llevaba nuestro grupo los españoles a todo sitio donde aparecíamos, a veces cantabamos en la mesa durante las comidas . Para los que piensen que 8 días de curso son muchos, no se preocupen, se pasa estupendamente, además tengan en cuenta todo lo que se aprende, compárenlo con las 2 o 3 horas por semana que hacemos normalmente. El organizador Giovanni Tinelli nos llevaba con su coche a la lavanderia del próximo pueblo cuando hacia falta, otro día nos llevó a la fábrica de chocolate, donde compran los reyes de Bélgica y los bombones aparte de ser riquisimos estaban tirados de precio. El último sábado se adelantó el curso de la tarde y la mayoría de la gente se marchaba después. Nosotros que habiamos sido los primeros en llegar fuimos los últimos en irnos, el domingo por la mañana nos vino a recoger el minibus para llevarnos al aeropuerto de Maastricht. En la autopista, ya en Holanda nos pararon dos policias en moto y nos pidieron a todos los pasaportes o DNI, los miraron con lupa comparando las fotos con nuestras caras. Por lo visto el día anterior se habían fugado unos presos de Bélgica y los estaban buscando, claro es fácil confundirnos… jajaja. Llegamos a Maastricht y nos dijeron que nuestro vuelo tenía un restraso de una hora por lo menos, parece que tenía problemas para cerrar las puertas. Por fin salimos llegando a Amsterdam tranquilos pensando que el avión a Madrid nos esperaría, inmediatamente nos acercamos al mostrador de KLM para enterarnos que ya se había ido. Cogieron nuestros billetes para ver que posibilidades teníamos de volar ese mismo día a Madrid, pero todos los vuelos estaban llenos, asique nos dieron unos bonos para consumisiones en el aeropuerto de Amsterdam y para un hotel de 4 estrellas al que nos llevaría una guagua del hotel, confirmándonos el vuelo para el día siguiente. Fuimos a buscar nuestras maletas, que no se encontraron, al parecer ya se habían ido a Madrid, nos dieron un minikit con una camiseta y un estuche con cepillo, pasta de dientes y peine para pasar la noche. Decidimos aprovechar este regalo que nos hacía KLM de un día en Amsterdam, fuimos al hotel cogimos nuestras habitaciones, una individual para cada uno, llamé a mi compañero de trabajo para decirle que no podría ir a trabajar al día siguiente y fuimos a comer a un restaurante que estaba frente al hotel. Con la guagua gratuita fuimos del hotel al aeropuerto, para coger el tren a la ciudad de Amsterdam, el tiempo estaba lluvioso, pero que importa cuando vas a conocer la ciudad de Europa donde todo está permitido y es legal. Era domingo, pero muchas de las tiendas cerca de la estación central estaban abiertas. Mientras algunos buscamos souvenirs otros visitaron el Museo del sexo que nos encontramos de camino. Entramos en uno de los famosos coffee shop sorprendidos cuando nos trajeron un tupper con diferentes clases de «maria», si sabes holandés también podías elegirlas en las cartas como si fuera un menú. Caminamos hacia la zona del barrio rojo, era de día asique las niñas todavia no estaban en su sitio. Nos sentamos en la terraza de un bar que daba a uno de los canales y cuando entramos a coger las bebidas olía a coffee shop , pero no era ninguno. Habia un ambientazo en las calles, música, fiesta,si tienen ocasión vayan a visitar Amsterdam, merece la pena! A medida que iba oscureciendo salian las chicas a los escaparates, había para todos los gustos, pero ojo con las fotos, enseguida se acercaban los guardianes. Ya por la noche fuimos a coger el tren, para llegar a tiempo de coger la última guagua del aeropuerto al hotel. Dormimos muy bien en un hotel tan lujoso y que maravilla de buffet nos esperaba la mañana siguiente como desayuno: desde salmón, todo tipo de quesos, embutidos, frutas, cereales, variedades de pan y bollería, etc. Ya en el aeropuerto cogimos sin problemas nuestro vuelo a Madrid, alli fuimos a buscar nuestras maletas, pero tampoco estaban y perdimos el vuelo para Las Palmas , increible.., nos acercamos al mostrador y lo que quedaba para el próximo vuelo eran los asientos en primera clase. Parece mentira, pero cada cosa negativa que nos ocurría luego se transformaba en algo mejor. Volamos a Las Palmas en primera clase atendidos estupendamente y disfrutando de la película Ice Age2. Aqui tampoco estaban nuestras maletas, por suerte a los 3 días nos las llevaron a casa, lo que a mi más me preocupaba que llevaba en la maleta era mi preciosa hakama comprada en Iwata, Tokio.
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