Un domingo por la mañana

Cuando me desperté ese domingo, me levanté y vi que eran las 7:19. Me encanta aprovechar la mañana, así hago la mayor parte de mis tareas del día y descanso por la tarde después de almorzar. Me tomé mi zumo, medio café con leche y una rebanada de pan con mantequilla y miel, me puse el bikini, la camiseta y cogi mi riñonera con la cámara y una toalla. Antes de las 8 estaba bajando las escaleras a la playa. Pero este día el sol decidió quedarse en la cama a descansar, también tiene derecho de hacerlo sobre todo si es domingo.

La playa estaba desierta salvo por algunos pocos madrugadores como yo que caminaban o corrían. Casi no se podía distinguir el horizonte, el mar se fundía con el cielo, parecía que estábamos dentro de una nube transparente, el cielo estaba totalmente cubierto y tenía la apariencia de que así iba a estar todo el día.

De repente vi la luz del faro a la derecha asomando entre las dunas, claro estaba en la parte que comienza el desvío a la punta, la vuelta que hay que dar para seguir a lo largo de la orilla, porque cuando pasaste la punta ves al faro delante tuyo. Un pequeño zarapito estaba buscando su alimento entre la arena, que raro, normalmente hay varios juntos, nunca vi a uno solitario, en cuánto me acerqué se fue volando. Sería madrugador como yo, tal vez sus amigos todavía estaban durmiendo. Seguí caminando entre las dunas y el mar. En la parte donde debido a la marea alta había que caminar sobre un montón de piedras, fui por el mar, el agua me llegaba hasta las rodillas, muy buen ejercicio y así caminaba sobre la arena.

un domingo por la mañana

Llegué hasta la playa de Maspalomas, envolví la riñonera en la camiseta y la puse sobre las zapatillas y me metí en el agua, que tenía un par de grados menos que la temperatura que había fuera, estaba muy agradable. Cerca había un pesquero con las redes en el agua, seguro que estaba pescando las lubinas que se escapan o sueltan de los viveros.

Me di la vuelta mojada y refrescada. Algunas personas con los que me tropezaba me saludaban, una muy buena costumbre. Me encontré con una compañera del acuagym, que hace tiempo que no viene. últimamente la nombramos mucho, porque siempre pedía que pongan música de Rafael en la clase y en estos días el monitor la puso varias veces. Se lo comenté y me dijo que volvería el mes que viene, que esperaba que sigan poniendo canciones de Rafael 🙂

Mientras subía las escaleras para volver al coche, me di la vuelta, pero el sol seguía escondido detrás de la espesa capa de nubes, seguía descansando en este domingo especial.

Carina

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