¿Por qué existe una fascinación evidente con tener grados, certificaciones, y la situación especial que con frecuencia tienen los rangos más altos en el reino del Aikido, y de otros sistemas de artes marciales también? ¿Cuál es la atracción casi visceral de entregar grados cada vez más elevados a los miembros de esas organizaciones en el área metropolitana del Aikido, que se basa, no en las normas comunes desarrolladas de mérito establecido, mas, más bien en el ejercicio aparentemente simple de sus derechos de poder de auto capacidad y licencia para ello, independientemente de la aprobación externa? Y por último, tiene ese ranking alguna indicación real de destreza comprobada, conocimiento adquirido, y una licencia legítima para luego libremente transmitir esos conocimientos y tradiciones a los demás interesados?
Algunos cínicos pueden señalar que la clasificación, si bien arbitraria, y no necesariamente conforme a las normas establecidas o aceptadas universalmente, es un método excelente de adquirir y mantener a los estudiantes que pagan las facturas. Este punto de vista puede ser especialmente aplicable en la revisión de cómo los niños y programas para la juventud se administran, y han sido ejecutados correctamente. Las opiniones varían, pero no es ningún secreto que existen tanto beneficios y consecuencias de esta filosofía empresarial orientada de instruir las artes marciales tradicionales, y extendiendo su alcance a muchos. Sólo en este contexto puede lograrse una revisión minuciosa y exhaustivamente justa.
Las anécdotas sobre el Fundador del Aikido dando grados sin premeditación abundan, con una frecuencia aparente y arbitraria casualidad que desconcierta a la credulidad de cualquier observador externo. O Sensei nunca se sintió constreñido por las nociones de estándares organizatorias o por construcción de un consenso de apoyo para la promoción consistente. Su alegría infantil en impactar a la gente sólo era comparable a la indiferencia que tuvo en el mismo ranking. Michio Hikitsuchi Sensei, de la Prefectura de Wakayama, me viene a la mente como una persona que admite haber recibido su décimo dan directamente del Fundador. Aún no he recibido confirmación por parte de la Fundación Aikikai que este dan se reconoció y registró oficialmente. Yo sé de otros a los que se le ofrecieron promociones directas, pero fueron disuadidos tranquilamente por los funcionarios del Hombu de dar publicidad a esa información.
Para los niños y jóvenes, dicha exposición de artes marciales en un lugar bien regulado y genuino, puede dar un ambiente seguro y estimulante para los más necesitados de estructura, disciplina y el ambiente acogedor que muchos de estos programas ofrecen. Los problemas de autoestima, ambiente negativo en el hogar y en la escuela, y la necesidad de explorar libremente su potencial interior en un esfuerzo solidario, bien organizado, enfocado y comprometido plenamente con sus respectivos docentes, bien pueden marcar la diferencia en el éxito o el fracaso más adelante en el vida de los niños fuera del dojo. Con la inclusión de los símbolos de continuo avance y crecimiento que la clasificación justa e innovadora puede proporcionar, cinturones de diferentes colores y diseños han demostrado su valía una y otra vez. Este es un refuerzo positivo haciendo todo lo posible.
Para los adolescentes y adultos, porém, puede haber otras consideraciones que entran en juego. En nuestros entornos altamente competitivos, a nivel local y en todo el mundo, estamos inundados con símbolos de estatus, trofeos y las trampas del éxito para los que califican, basados en las normas arbitrarias en juego. Es entonces un paso natural el proporcionar este tipo de reconocimientos públicos en forma de cinturones, reconocimientos, certificaciones, y unos sistemas de clasificación claramente visibles y deseables que se consideren probados y aceptables, y estén legítimamente a cargo de reconocidas figuras de autoridad. En la medida en que estos reconocimientos realmente satisfagan una necesidad humana de reconocimiento, aprobación y aceptación de los demás, estas prácticas tienen éxito y son apropiadas. Sin duda son muy apreciadas por aquellos que participan, que a menudo recompensan este tipo de gestos con la permanencia leal y activa, especialmente con el reclutamiento de estudiantes adicionales.
Hay un muy visible y establecido Aikikai Shihan quien recientemente declaró que no creía en el sistema de calificaciones del Aikikai. La suya fue la opinión aparente de que tal sistema “crea una mente competitiva”, y que “la gente sabe quién es bueno y quién es malo”, y que “el sistema de clasificación en el aikido es otro dolor de cabeza.” Porém, uno puede argumentar correctamente que su organización extendida ha disfrutado de gran éxito durante décadas, en gran parte debido al sistema de clasificación que ha respetado y explotado durante este marco de tiempo. Tal ambivalencia aparente parece extraña, y puede inferir una doble moral en el juego.
Mais uma vez, se trata de una necesidad natural de los seres humanos a ser reconocidos y aceptados por sus logros, reales o imaginarios, y que voluntariamente apoyan y promueven este sistema en la creencia, en gran medida, de que muchos se benefician significativamente de dichas políticas. No hay necesidad de disculparse, justificar o incluso defender los sistemas de mérito y reconocimiento que están realmente creados para ayudar en el crecimiento de los individuos y de las organizaciones que de manera positiva y consistente ayudan a esas personas en su crecimiento y progreso.
En la vida, aprendemos de que no hay garantías. Incluso las garantías disponibles son tan condicionales y de letra pequeña que aquel que manifiesta su confianza en tales, está dispuesto a comprar una propiedad frente a la playa en Phoenix, Arizona. No hay nada especial acerca de las personas especiales. Es lo que HACEN que los hace especiales. Del mismo modo, el entrenamiento en cualquier forma de artes marciales no le garantiza nada a uno si ese entrenamiento ya no se sigue como un hábito. Úsalo o piérdelo se acerca más a responder a la pregunta publicada por último en el primer párrafo.
La realización y / o la enseñanza de la teoría y la práctica de las artes marciales es en gran medida una habilidad, fácilmente erosionada por el mal uso o falta de uso. Para mim, sigue siendo un compromiso incondicional durante toda la vida de asegurar de que uno tenga alguna posibilidad real de completar con éxito el viaje con las habilidades, el conocimiento y la sabiduría intactos y listos para programas de transmisión viables bajo las circunstancias correctas.
Yo creo que la clasificación puede ser una herramienta valiosa y progresiva para mantener la senda de crecimiento de los estudiantes y de las organizaciones que siguen comprometidas con los más altos estándares de calidad, igualdad e integridad de propósito. Las normas claramente establecidas y legítimas deben seguir siendo transparentes para que todos puedan verlas y apreciarlas. La justicia debe ser un hecho, para que la fe en los fundamentos de la adhesión coherente a los valores tradicionales y la legitimidad permanezcan inamovibles. Todos deben calificar o ninguno puede calificar. Este es el objetivo de la clasificación y certificación exitosa, y el objetivo constante del Aikido de Ueshiba para el futuro.
Francis e Takahashi
Tradução Carina
Fonte Aikido Academia EUA
Comentários Recentes