Organizaciones marciales ¿lugares de crecimiento o negadores de identidad?

Por Javier Rodríguez,Red Marcial.com.ar

Cuando un grupo de personas aúnan esfuerzos e ideales en pos de generar un espacio cordial y de crecimiento plural e individual de sus integrantes, ingresan a un plano superior, un plano de armonía. Sus partes son actores sociales de identidades diversas en busca de un mismo fin, la evolución.
El ejemplo planteado es un ideal de organización, en la cual las convicciones de sus integrantes son respetadas y nadie interfiere ni cuestiona al otro, sino que comparte y acepta, denotando la nobleza y humildad de sus integrantes.
Por el contrario se suele observar que en gran parte de las organizaciones esto no es así. Existe una anulación de la identidad particular y por ende una estandarización de profesor y los alumnos. En esta situación se genera una alineación del sujeto y la destrucción de su pasado, negando su presente y evitando su futuro.
La imposición de ideas, escudos o formas de trabajo conllevan a desterrar cualquier vestigio de identidad particular, por el contrario del anhelo de profesor que busca la proyección y maduración del alumno en todos sus planos.
Cada una de nosotros ha recibido una tradición y se ha comprometido, en algunos casos, a ser fieles custodios. Si esta cadena evolutiva se rompe, con ella se pierden años de tradición.
«Legar es aprender a reconocer al otro»

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