Menos palabras – Mayor comprensión

Aikido Journal 111, primavera de 1997

«No, no, no, esa no es la técnica»

«Esta bien, ustedes dos, siéntese y dejen a la siguiente pareja pararse»

«No, ahí no, baja la rodilla»

«OK, ahora tú haz la técnica»

Esta fue la escena que presencié en un examen de grado de aikido. Todo parece muy normal, excepto por una cosa, todas las ordenes fueron dadas en japonés, aunque no había japoneses presentes, el propio instructor no era japonés y el dojo estaba a muchas miles de millas de Japón.

Me pareció extraño que el lenguaje japonés fuera usado durante la prueba, no solo en los nombres de las técnicas, sino aun para las ordenes y reprimendas como las que repetí arriba. Lo que no es extraño fue el hecho que muchos de los estudiantes examinados obviamente no entendían que se les pedía.

El instructor hablaba buen japonés, pero me pregunto porque se sentía obligado a usar exclusivamente ese lenguaje bajo esas circunstancias. Parecería el caso de «Cuando estés en Roma, has lo que los japoneses.»

Por supuesto no es de mi incumbencia el como los demás eligen trabajar en sus dojos, o cuanto japonés eligen usar en el proceso, pero siento que este ejemplo demuestra el tipo de imperialismo lingüístico sin el que el Aikido estaría mejor. El espectáculo de un occidental intentando, conscientemente o inconscientemente, ser japonés, condenado por supuesto al fracaso, parece todo menos harmonioso.

La exposición al lenguaje y cultura japonesa por medio del Aikido, puede ser tanto educacional como agradable y es uno de los beneficios indirectos de aprender el arte, pero algunos individuos parecen perder más de lo que ganan de esta experiencia intracultural. En estos casos, lo primero que pierden parece ser su sentido del humor y la habilidad de reírse de sí mismos. Estos individuos como estudiantes, ponen caras serias y puntualizan su entrenamiento con extraños sonidos guturales. Y como instructores tienden a ser sobre-concientes de los rangos y estar sobre-presionados. Ladran las ordenes muy a menudo no en japonés, y demandan ser tratados con un respeto especial, ¿Pero porqué?

A lo mejor tienen miedo de que si cambian algo – de las técnicas aprendidas mecánicamente, bajo las palabras japonesas que sus instructores japoneses usaron al enseñarles – su Aikido puede perder su autenticidad. O puede ser que solo estén intentando impresionar o mistificar a sus estudiantes. Cualquiera que sea el caso, el resultado es antinatural en el mejor de los casos, y hace al observador promedio preguntarse cuando se «desprenderán de eso»

En cuanto al utilizar el japonés tan intensamente en los dojos fuera de Japón, ¿Hasta qué punto este curioso hábito se espera que termine? ¿Se le permitirá a los desafortunados estudiantes de este tipo instructores regresar a su propio lenguaje a las puestas del dojo, después de clase, o en algún punto de su trayecto a casa?

Muchos japoneses, gracias a Dios, son capaces de reírse de ellos mismos, y estoy seguro que muchas de las rígidas actitudes de los instructores occidentales les parecerán graciosas. Pero también muchos japoneses pueden mostrar un nacionalismo intenso lo suficientemente molesto para soportarlo, aunado a que uno tenga que ver copias amplificadas de ellos en celosos occidentales.

Una vez oí a un instructor japonés de Aikido decir que las palabras onegaishimasu y arigato gozaimashita, son usadas respectivamente al inicio y el fin de una clase de Aikido en todos los dojo alrededor del mundo. Dijo que estas frases debían decirse en japonés porque su «profundo significado espiritual» no podría ser transmitido en otro lenguaje.

Pude haberle dicho que al menos en un dojo (el mío) no se usaban esas frases, pues es un hecho que esas dos expresiones japonesas tan solo significan «por favor» (en el sentido de «por favor entrena conmigo») y «gracias.» Estas frases no son más espirituales que sus equivalentes en Inglés (o su traducción a cualquier otro lenguaje.) De hecho en mi dojo elegimos iniciar la clase con una reverencia en silencio y la terminamos con una «gracias» en Inglés, y hasta ahora no hemos sido golpeados por un ki luminoso o supercargado, por no utilizar las «intraducibles» expresiones japonesas arriba mencionadas.

No estoy diciendo que debemos traducir toda la terminología del Aikido, aunque esto podría ser en interés del arte, pero parece de sentido común usar el lenguaje local lo más posible en beneficio de una mejor comunicación. Si algo puede decirse más fácilmente por ejemplo, en Español o Inglés, ¿Porqué decirlo en Japonés?

¿Cuál es el sentido de dar instrucciones detalladas en Japonés a estudiantes no japoneses?

Se ha argumentado que tener una terminología común en el Aikido (p.ej. en Japonés) es de gran conveniencia cuando un aikidoka viaja fuera de la zona de su propio lenguaje. Un australiano, por decir, llegando a un dojo Alemán, podría al menos entender los nombres de las técnicas, por lo que no estaría perdido por completo. Yo no creo mucho en este argumento, puesto que más alemanes hablan Inglés que Japonés, y de todas formas, no necesitas conocer los nombres de las técnicas para practicarlas, puesto que usualmente toda la clase realiza la misma técnica, por lo que solo necesitas ver a tu alrededor para reconocer lo que están haciendo.

La exagerada importancia que muchos japoneses dan a su lenguaje es el tema de un libro llamado, El mito moderno del Japón – El lenguaje y más allá, por Roy Andrew Miller. El tema que trata el escritor es que los japoneses han creado un poderoso mito al derredor de su lenguaje, en función de fortalecer un sentimiento de identidad nacional que ha sido dañada por varios eventos históricos.

Miller desmiente, aunque un poco rigurosamente, el concepto de pureza del lenguaje Japonés y apunta a muchos ejemplos donde el lenguaje es usado para reforzar afirmaciones sin bases científicas de superioridad e inigualdad.

El aikidoka debería interesarse en los comentarios de Miller sobre kotodama (o kototama, como lo pronunciaba O’sensei), el llamado «espíritu del lenguaje.» Miller llama a este concepto «un completamente falso intento de hacer parecer al lenguaje Japonés esencialmente diferente a todos los lenguajes humanos.» (notar sin embargo, que estas observaciones no están dirigidas a los rituales religiosos que rodean al kototama, tal como es practicado en algunas escuelas de Aikido.)

Al visitar la sucursal en Auchland de una religión japonesa moderna, me sorprendió encontrar que las oraciones eran cantadas en Japonés, aun cuando – otras vez – no había japoneses en el grupo y el sacerdote a cargo era de hecho un inmigrante Indio de Fiji. El sacerdote estaba dirigiendo una sesión de curación que requería que leyera invocaciones, en un más bien inseguro Japonés, de un guión romanizado. Cuando sugerí que al traducir las oraciones, le permitiría a aquellos que las recibían saber más precisamente que bendiciones estaban siendo otorgadas sobre quién, me dijeron: «Estas oraciones solo trabajan si son leídas en Japonés, porque el Japonés es el lenguaje más puro del mundo.»

Uno debería tener sus dudas sobre una religión que aparentemente cierra sus puertas a aquellos incapaces de hablar un cierto lenguaje. Por otro lado, podría bien haber algún mérito puramente sonoro en pronunciar ciertos sonidos en lugar de otros, pero en este caso uno podría esperar una explicación menos fanática para escoger un lenguaje.

No estoy abogando por desculturizar al aikido, ni por dejar de usar hakama y dogi y sustituirlos por jeans y playeras, y reconozco además la dificultad de discutir o escribir acerca del arte sin usar un cierto número de términos japoneses. Pero seguramente debemos apuntar a una mejor comunicación, y no al pedante uso de terminología japonesa a cualquier costo. Es lamentable que el lenguaje sea usado como otra herramienta para que la gente ejerza su poder sobre la gente.

El aikido, especialmente su filosofía humanística universal, debe ser lo suficientemente fuerte para soportar la traducción a otros lenguajes, y puede ser muy estrecho de mente imaginarlo de otra forma. El Camino es tanto Japonés como internacional, y no puede ser confinado a ninguna frontera nacionalista.

No estoy en contra, a pesar de estos comentarios, del uso del lenguaje Japonés en los dojos fuera de Japón; es solo que creo que debe ser regulado por el sentido común.

Cuanto Japonés debe ser utilizado en el aikido es un problema que enfrentamos cada vez que publicamos el Aikido Journal por lo que estamos intentando desarrollar un listado básico de términos que no requieran ser traducidos, y decidir que otros serán eliminados, cuales serán traducidos y cuales explicados en detalle a través de un glosario. ¡Imagina tener que traducir la palabra ki cada vez que la usamos, una tarea espantosa! Pero al mismo tiempo debemos recordar que muchos de nuestros lectores tienen poco o nulo conocimiento del Japonés y que les debemos el hacer las cosas lo más claras posibles.

En este punto me gustaría dar tributo a nuestro incansable traductor, Derek Steel, quien tiene la difícil tarea de traducir la mayoría de nuestros artículos de la edición japonesa de la revista. Mucho de este material es tan esotérico que aun japoneses tienen dificultad en comprenderlo, por lo que tratar de llevar esas ideas al Inglés es en extremo demandante. Derek está conciente de esto y a menudo da varias alternativas para cubrir cada posible matiz de significado. Es mi tarea editar este material y esto incluye tomar algunas difíciles decisiones para encontrar el balance entre una traducción acertada y lo que nuestros lectores probablemente entenderán. (Si algo pudiera perderse en la traducción, es más probable que se haya perdido en el proceso de mi edición.)

En principio, la meta del Aikido Journal es usar las menos palabras y frases japonesas tanto como sea posible – y creo también que esto debería ser la política en los dojos fuera de Japón – e introducir palabras y conceptos importantes en japonés en dosis digeribles.

Cuando sentimos que es necesario utilizar términos japoneses menos conocidos, por razones técnicas o culturales, utilizamos la regla «solo la primera vez», donde aparece por primera vez el término japonés en un artículo, este es italizado y es seguido por una traducción en paréntesis, mientras que los subsecuentes usos en el mismo artículo no son italizados ni explicados, Cuando sentimos que es necesario, términos técnicos japoneses son explicados en un glosario.

También hemos adoptado el orden occidental para escribir los nombres Japoneses, pues es la regla en los medios de comunicación en Inglés – por lo tanto escribimos «Morihei Ueshiba», no «Ueshiba Morihei» aun cuando esto último es el orden apropiado de los nombres en Japonés.

Los títulos utilizados por los artistas marciales también representan un problema, pues muchos de ellos no tienen equivalentes en otros lenguajes. Si tuviéramos que listar todos los diferentes nombres y títulos utilizados por Morihei Uehsiba, en diferentes épocas y con diferentes personas, por ejemplo, nos tomaría probablemente algunos párrafos. En el interés de la claridad, algunas veces optamos en usar tan solo en nombre, sin todos sus títulos, esto sin la intención de ser irrespetuoso.

Aikido Journal es después de todo, una publicación en Inglés y no hay ningún interés en llenarla con palabras japonesas que tan solo algunos de nuestros lectores serían capaces de entender.

De todos modos, Shinohage funcionará lo mismo, bien o mal, con cualquier otro nombre.

Traducción Salvador Lopez Ollinkikai Aikido

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