La procesión de los farolitos

Una compañera de la piscina nos había invitado a acompañarla por la tarde-noche a un evento en el que participaba su nieto, organizado por el preescolar del Colegio alemán del sur de la isla.

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Nos encontramos a las siete de la tarde en el faro, ya estaba oscuro, en noviembre y con el horario de invierno, oscurece demasiado pronto y hacía mucho viento, realmente era una tarde-noche fria para Gran Canaria. Yo aproveché para estrenar una chaquetilla de lana que normalmente me da demasiado calor en nuestra isla de constante primavera, pero esa tarde me vino muy bien.

Llegamos al faro y buscamos al grupo, estaban un poco más apartados de la costa, los niños pequeños también debían sufrir el viento, aunque con la expectación que tenían cada uno con su farolito en la mano, seguro que lo que menos pensaban era en la temperatura. Los farolitos eran muy bonitos, muchos fabricados manuelamente. Vi uno que estaba hecho de la parte de abajo de una garrafa de agua, revestida con papeles de colores y que tenía bracitos, otros en forma de lechuza, otro que era una media luna amarilla sobre un fondo azul. Encontramos a nuestra amiga y preguntamos por su nieto, pero éste se hallaba en los brazos de su abuelo, se sabía las canciones perfectamente, pero ante tanta gente desconocida, prefería la seguridad y la protección de alguien querido.

La encargada del colegio nos dió la bienvenida y enseguida dos miembros de la orquesta filarmónica comenzaron a tocar las canciones en alemán acampañando las voces de los pequeños. Luego se pusieron en marcha con sus farolitos de todos los colores por el paseo, cruzando las tiendas del centro comercial ante el asombro expectante de turistas y dependientes. Es una tradición muy bonita que procede del aniversario de la muerte de San Martín de Tours el 11 de noviembre 397. En Alemania se suele hacer ese día 11.11. que coincide con el comienzo del carnaval o sea el comienzo de período de ayuno. Me alegro que los colegios la sigan manteniendo y además es un bonito recuerdo para los niños.

«La leyenda más famosa en torno a la vida de San Martin de Tours sucedería en el invierno de 337, cuando estando Martín en Amiens encuentra cerca de la puerta de la ciudad un mendigo tiritando de frío, a quien da la mitad de su capa, pues la otra mitad pertenece al ejército romano en que sirve. En la noche siguiente, Cristo se le aparece vestido con la media capa para agradecerle su gesto.»

La procesión se paró en el paseo delante de la costa, volvieron a cantar acompañados de la trombón, al final tocaron una canción para la cual no se sabían la letra, asi que la maestra les dijo de repetir «pio pio», que se usa para animar el Equipo de futbol de Las Palmas. Volvimos al lugar de origen y le dieron un panecillo a cada niño para que lo repartiera con quien quisiera, familiares o visitantes. En Alemania los niños de los pueblos lo reparten entre la gente necesitada. Se nos acercó un pequeño, que repartió su panecillo entre nuestro grupito, le pregunté su nombre y me dijo Noa, por cierto el trocito de pan estuvo muy rico.

Carina

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