El flamenco solitario

Hace un poco más de dos años, cuando paseaba por la charca de Maspalomas siempre estaba allí, el sólo de su especie, junto a garzas blancas, garcetas, garzas reales, chorlitejos, zarapitos y gallinetas de agua. Cuando escribí sobre el zarapito en la Charca un comentarista me preguntó si había visto al flamenco y me dijo que llevaba allí desde septiembre 2011 y que había llegado jovencito con algunas plumas aún marrones, como un turista más en nuestra isla.

OLYMPUS DIGITAL CAMERAnuestro flamenco con una espátula común

De donde había venido éste flamenco aventurero jovencito ? y porque se había quedado allí solito sin pareja de su especie? Los flamencos normalmente viven en grandes grupos. Lo más probable es que haya venido en grupo desde el norte de Europa para pasar el invierno en las cálidas tierras de África, que sólo está a unos 100 km de nuestras islas, y le haya gustado la charca al lado del mar, buscando experiencias en solitario.

Está claro que estaba feliz allí rodeado de las demás aves de diferentes especies, era el más grande en tamaño y era libre, se podría haber ido cuando hubiera querido. Sin embargo cada día cuando pasaba por alli, por las mañanas, todavía estaba durmiendo con su cabecita entre sus alas y de pie en una sóla pata, por las tardes estaba pescando en la charca con la cabeza en el agua o dando vueltas volando. Me pareció que cuando yo llegaba por la tarde daba una vuelta especial para mi, porque levantaba vuelo y hacia una ronda sobre la charca para volver al lugar de donde había salido, la orilla de enfrente de la charca.

Pero un día a finales de febrero o marzo 2013 desapareció, supongo que se uniría a un grupo de flamencos que había partido de África para pasar el verano en el centro o norte de Europa, esperando a encontrar su pareja para formar una familia.

Cuántos de nosotros hemos sido o somos como ese flamenco solitario, hemos emigrado en nuestra juventud a otro lado en busca de nuevas experiencias y conocimiento, o de trabajo y aprender otros idiomas. Entre los aikidokas cuántos han ido jovencitos pudiendo apenas pagarse el viaje a conocer la cuna de nuestro arte marcial. Cuántos de los actuales grandes maestros han ido en solitario a Japón, cuando no existían los aviones y se iban en barco o en el transiberiano con muchas ganas de aprender, muchos han vuelto listos para transmitir lo que habían aprendido.

Otros sin embargo se han quedado tratándo de adaptarse a una cultura tan diferente de la que habían conocido en su país natal. Con una mente abierta es posible adaptarse a cualquier lugar y siendo amable y tratando de aprender más todavía, ya que normalmente recibes un trato parecido de un interlocutor al que tu le das, la respuesta a la amabilidad será de amabilidad también. Aunque será inevitable que un europeo añore sus comidas con papas por ejemplo, practicamente ausentes en el menu japonés.

Hay personas que siempre añorarán el otro sitio, me he topado con alemanes en la isla que echaban de menos su país, pero cuando volvían a aquel echaban de menos la isla.

Yo tengo la suerte de vivir adonde quiero, aunque no nací aqui, ningun otro lugar me gusta más y esa es la forma de vivir feliz y en paz, que el lugar donde vives sea el que más te guste y seas feliz y agradecido con lo que tienes.

Carina

Please read this article in english in Aikido Academy USA

Bitte lese diesen Artikel in Wir trainieren Aikido auf Deutsch

Share