Así es el viaje del insecto que recorre la distancia más larga del mundo

La libélula ‘Pantala flavescens’ migra desde la India hasta África en un itinerario de más de 7.000 kilómetros

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Mide menos de cuatro centímetros, pero la libélula Pantala flavescens es el insecto que puede recorrer volando la distancia más larga del mundo. Este pequeño animal migra desde India hasta África, cruzando el océano Índico, en un itinerario de más de 7.000 kilómetros. Y esta es solo una de las rutas que se han comprobado. «La Pantala flavescens ha roto todos los récords que conocíamos. Pensábamos que la mariposa monarca, que cruza de arriba abajo Norteamérica, era el insecto con una migración más larga, pero eso son solo 4.000 kilómetros. ¡Esta libélula hace en una de sus migraciones casi el doble!», sostiene Daniel Troast, biólogo de la Universidad de Rutgers (EE UU) y uno de los autores de este estudio, publicado en la revista PLOS ONE.

«¡El mundo es muy pequeño para ellas! Pueden recorrer la circunferencia del globo y reproducirse aleatoriamente con libélulas de todo el mundo», explica Jessica Ware, bióloga y directora de la investigación. Y es que la reproducción es el principal motivo por el que estas libélulas recorren dos continentes. Una vez al año, viajan desde India, cuando es la estación seca, hasta África cuando es la estación húmeda. «Se embarcan en este peligroso viaje, que es como una misión suicida para ellas, porque necesitan la humedad para reproducirse», razona Ware. «La especie depende de este viaje, aunque muchas mueren en la ruta, la especie sobrevive».

No todas las libélulas hacen el mismo viaje, los patrones de vuelo varían. Las más fuertes pueden hacer todo el recorrido sin parar: cogen robustas corrientes de aire o incluso vientos huracanados y se dejan arrastrar planeando la mayor parte del camino para ahorrar la máxima cantidad de energía. Mientras tanto, otras libélulas hacen paradas en aquellos lugares con agua fresca que ven propicios para reproducirse y dejar sus huevos. Así logran juntarse con libélulas Pantala flavescens de todas partes del mundo. Buscan como una especie de «piscinas de agua fresca» —creadas por tormentas en la mayoría de los casos— en tierra firme. Cuando los huevos han eclosionado y las crías son ya maduras para volar (un proceso que tarda algunas semanas), las nuevas libélulas se unen al enjambre intercontinental y multigeneracional.

Por el momento, los detalles de este recorrido son hipótesis, pero el equipo de Ware está haciendo un análisis en el ADN de estas libélulas para tener más datos. «El trabajo genético que hemos hecho es el primero de este tipo en las libélulas Pantala flavescens. Se sabía que viajaban lejos, pero no teníamos la certeza, porque éramos incapaces de viajar con ellas para ver dónde van», señala la investigadora, que añade que cualquier clase de navegador actual es demasiado grande para que estos insectos puedan llevarlo.

La clave para evidenciar estos viajes han sido las pruebas de ADN, en las que han encontrado un perfil genético similar en las poblaciones de la Pantala flavescens de lugares tan alejados como Texas, el este de Canadá, Japón, Corea, India o Sudamérica. Este mismo perfil genético sería imposible si las libélulas no se entremezclaban. “Si la Pantala flavescens de Norteamérica solo se mezclara con la de Norteamérica y la de Japón solo con la de Japón, podríamos esperar que los resultados genéticos fueran diferentes unos de otros. Sin embargo, son iguales, lo que supone que hay un cruce de genes a lo largo de grandes extensiones geográficas”, argumenta Ware.

La única explicación que encuentran estos biólogos es que estos insectos estén recorriendo distancias extremadamente largas, se estén mezclando unos con otros y hayan creado una variación genética única para todas las poblaciones de esta especie a lo largo del mundo.

Fuente el País

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