6 Casita del guarda

El guarda era un hombre de edad avanzada que no necesitaba matarse de trabajo. El tren era un ramal de la línea principal de Wuppertal-Colonia. Había dos vias, una iba de Dahlhausen a Linden, es decir, en Linden había una mina de carbón desde donde se llevaba el carbón en el tren de carga a Dahlhausen, la otra ruta era de Weitmar y terminaba también en Dahlhausen. El viejo se había creado una huerta detrás de su casa y pasaba su tiempo libre en sacar las malas hierbas. Cuando venía un tren de Weitmar, era advertido a tiempo por un sistema de alarma y luego tenía que cerrar las barreras, y cuando el tren habia pasado, tenia que advertir al guarda siguiente.
Era un sistema simple que yo también pude manejar enseguida. La ruta de Linden era mucho más difícil para nosotros, porque sólo se nos anunciaba la hora de salida del tren. Justo delante de nuestra casita de guarda nuestro tren salía de un túnel, a unos 200 metros. Recién cuando el tren salia del túnel el conductor de la locomotora nos podia advertir con una señal, y era hora de cerrar las barreras y enviar la advertencia al siguiente. Muchas veces le hacia el trabajo al viejo, me gustaba mucho.

El camino a la escuela no estaba muy lejos, sólo que habia que subir la cuesta del Röderschacht,pero eso no me costaba en ese tiempo. Pero poco antes de la escuela vivia un hombre que tenía gansos que corrían por la calle. Y yo tenía un miedo mortal a estos gansos, debido a que venian hacia mi, estiraban el cuello y hacian jr jr jr.
De la escuela y los maestros sólo hay que decir que me dieron algunos golpes. Una maestra nos castigó dándonos con una tablilla en la superficie interna de los dedos, que se ponian a veces azules. Entonces en casa tenía que evitar que mi madre o mi padre se dieran cuenta, de lo contrario volvería a recibir otra azotaina. En la época de Hitler, todos los niños estábamos obligados a estar en el Deutschen Jungvolk, llevábamos un uniforme marrón con pañuelo y el nudo de cuero. Dos veces a la semana teníamos que asistir, es decir, que reunirnos, marchar, cantar y hacer deporte, naturalmente también teniamos que familiarizarnos con las ideas nacional socialistas y la vida del Führer. Ahora tenía un maestro en Linden que era el líder supremo del Jungvolk en Bochum. Así que cuando faltaba un día, el tipo me preguntaba a la mañana siguiente por qué yo no habia ido, si la respuesta no era satisfactoria, me tenía que agachar, bajar mis pantalones y Peng Peng Peng, me daba tres golpes an mi trasero .
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