12 Nadar y racionamiento

Me adelanté un poco en mi memoria , pero los acontecimientos que se describen de la guerra han hecho, obviamente, un gran impacto en la existencia de mi niñez. Vuelvo a Linden, donde realmente pasé mi infancia . Debo mencionar también, que mis intereses deportivos no eran muy pronunciadas. Lo que me gustaba mucho y hacia con frecuencia, por supuesto, era nadar en el verano.


Así que me iba en cada minuto libre en días despejados y con la bicicleta a Dahlhausen a los baños. La ciudad había dividido una parte de la cuenca del Ruhr, mediante cadenas en zonas de bañistas y no nadadores . El Ruhr tenía allí tal vez unos 30 metros de ancho, estaba muy limpio. Se había puesto una terraza de madera, vestuarios y duchas. El fondo del río consistía en muchos cantos rodados, por lo que no era agradable caminar por allí. Muchos iban en zapatillas al agua. Yo buceaba mucho y bien y hacia debajo del agua los movimientos de braza por lo que avanzaba bastante bien debajo del agua. Entonces me dije un día que con la cabeza fuera del agua también podría nadar, pensado y hecho. A partir de ahí me fui a la piscina. Habia una pequeña presa (cascada) y me gustaba mucho sentarme allí para que me cayera el agua sobre mi cabeza.

Desde el comienzo de la guerra los alimentos fueron racionados. A cada uno se le asignaba determinadas cantidades según sus actividades. Para nosotros los consumidores comunes, esta palabra se aplicó más tarde a la gente común, tal como (Ciudadano Común) las raciones fueron ligeramente más pequeñas que para un trabajador duro (padre) o incluso un trabajador más duro (como un minero). Durante toda la guerra no hemos sufrido hambre, de niño nunca he tenido hambre, a pesar de nuestra pobreza. La comida siempre fue suficiente, aunque no para engordar. En los últimos años de la guerra, las raciones eran probablemente más pequeñas. No puedo recordar las diferentes cantidades, había unos pocos gramos de grasa o menos cerca de 1 / 4 libras de carne a la semana, el pan y las papas eran más abundantes.

En los primeros meses de la guerra, nuestra vida siguió como de costumbre. La mayoría de la gente tenía una radio( receptor de pueblo) un dispositivo de radio-un tanto primitivo con el que solo se escuchaba la radio de Alemania y emisora local. Constantemente nos llenaban con mensajes especiales, las victorias en el Este, más tarde del oeste, hundimientos de barco, derribo de aviones, etc Para anunciar los mensajes especiales, estos comenzaban con el preludio de Franz List para subrayar la importancia del mensaje. Nuestro Ministro de Propaganda Dr. Goebels conocía su profesión, incluso más tarde cuando no ganabamos, estas malas noticias se seguian describiendo como éxitos. Asi las retiradas se presentataban como rectificaciones del frente y las pérdidas como un plan estratégico.

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